jueves, 5 de mayo de 2011

MATARON A UN ASESINO

LA MUERTE DE OSAMA BIN LADEN ES UN HECHO RELEVANTE POR LO SIMBOLICO. NO POR LIDERAR LA RED TERRORISTA AL QAEDA, QUE APENAS TIENE ALREDEDOR DE UN MILLAR DE COMBATIENTES ACTIVOS EN SUS CÉLULAS. MURIO EL IDEOLOGO DE ALGUNAS DE LAS MAS APOCALIPTICAS OPERACIONES DE TERROR, QUE LO CONVIRTIERON EN UNA REFERENCIA PARA ESE HETEROGÉNEO MUNDO FUNDAMENTALISTAS Y RADICAL. TODOS LOS QUE SIGUEN MATANDO EN NOMBRE DE ALA, Y SON MUCHOS, LO REIVINDICAN CASI MITOLOGICAMENTE.

El 11 de setiembre de 2001 cuando cuatro aviones de línea, que transportaban a un total de 266 personas, fueron desviados y utilizados como armas para perpetrar atentados espectaculares contra las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York y el Pentágono, en Washington, mientras que un cuarto avión se estrellaba en Pensilvania. Bin Laden asumió para siempre, como lo buscó mediáticamente desde el comienzo, que era un asesino de multitudes como otros que ya son parte de la historia.



Se trató del atentado más mortífero de la historia, con un balance de unos 3.000 muertos y desaparecidos. "Estados Unidos fue golpeado por Alá en su punto más vulnerable, destruyendo gracias a Dios, sus más prestigiosos edificios", proclamó ante el mundo el 7 de octubre de 2001.



Confesó que era un asesino, pero además le dijo a quien quisiera escucharlo que seguiría matando. Y lo hizo. La lista de los principales atentados atribuidos a Al Qaeda se extiende al menos desde el 1993 al 2010 en Estados Unidos, Europa y Medio Oriente, Africa y Asia. El saldo fueron miles de muertos y heridos. "Hacemos énfasis en la importancia de las operaciones de martirio contra el enemigo, estos ataques de los que tienen miedo como nunca antes los estadounidenses y los israelíes", proclamó en febrero de 2003, en una cinta de audio obtenida por la cadena árabe Al-Jazeera. "Nos reservamos el derecho a tomar represalias (...) contra todos los países que toman parte en esta guerra injusta, a saber Gran Bretaña, España, Polonia, Japón e Italia", afirmaba en octubre de 2003, en otra cinta de audio obtenida por Al-Jazeera, en alusión a la guerra en Irak.



No era un ciudadano común, no era ajeno a la dialéctica de la violencia. No fue una inocente víctima que murió por una bala perdida. El había iniciado una guerra asimétrica y sabía las consecuencias de la misma. La muerte de cualquier ser humano jamás debería ser motivo de celebración, pero los terroristas tienen claro las consecuencias de sus acciones. En su Guerra Santa contra Occidente, el final que tuvo el jefe terrorista era previsible, al igual que la alegría de muchos de los que sufrieron su terror.



Hace una década el Medio Oriente pudo haber respondido a la muerte de Osama Bin Laden con una furia desbordada contra Estados Unidos. Pero hoy, cuando la región está convulsionada por levantamientos populares en su mayoría pacíficos, la respuesta a su muerte ha sido más bien tranquila y apagada, otra señal de que la vieja guardia árabe está en vías de desaparecer, según afirman analistas árabes. Para muchos en el Medio Oriente, Bin Laden pertenecía a la vieja guardia árabe, al igual que los presidentes de Egipto y Túnez, quienes fueron derrocados este año.



"La muerte de Bin Laden no pudo llegar en mejor momento", opinó Abdulkhaleq Abdulla, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de los Emiratos Arabes Unidos. "Osama fue uno de los líderes que estuvo detrás de la miseria, derrotas y estancamiento que el mundo árabe ha estado sufriendo", dijo al Washington Post.



"Vemos manifestaciones en favor de la libertad y la democracia, no hay duda. Pero, ¿por Osama Bin Laden? Definitivamente no", afirmó Mustafa Alani, director del Programa de Estudios sobre Seguridad y Terrorismo, perteneciente al Centro de Estudios del Golfo en Dubai.



"La historia del Islam y de nuestro nacionalismo no perdonará nunca a este hombre, una mancha negra desde hace dos décadas, que llenaba la cabeza de los jóvenes de ideas sobre el terrorismo, la muerte y la destrucción", señaló desde el Líbano el primer ministro en funciones Saad Hariri.



La muerte de Bin Laden no debería ser interpretada como el final del grupo terrorista Al Qaeda, así como la muerte de Saddam Hussein no significó el fin de la violencia en Irak. Pero una vez muerto Bin Laden, la única forma de que Al Qaeda pueda reconstituirse es la de que el ejército pakistaní consiga volver a instalar un régimen funcional en Afganistán. Mientras no se acabe con el férreo control del poder por parte del ejército pakistaní y no se reduzca el tamaño de sus Servicios de Inteligencia Conjuntos, es probable que Pakistán siga siendo la zona cero para la amenaza terrorista que afronta el mundo, opina el profesor de Estudios Estratégicos en el Centro de Investigaciones Políticas de Nueva Delhi. "El era el factor de unión en Al Qaeda. Sin él, la organización se podría fracturar. Hay muchas fuerzas centrífugas en Al Qaeda, gente con diferentes ideologías y agendas. Bin Laden era capaz de unirlos. Será irremplazable. No hay nadie con su nivel de carisma, fama y visibilidad", indicó Paul Cruickshank, analista de CNN para temas sobre terrorismo, egresado del Centro sobre Leyes y Seguridad de la Universidad de Nueva York. Para Peter Bergen, autor de numerosos análisis sobre el líder terrorista, Al Qaeda se verá en la necesidad de reemplazar a su líder con alguien que tenga suficiente influencia. "La gran interrogante es si se convertirá en el mártir que deseaba ser", se preguntó Bergen a la cadena CNN.



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