sábado, 26 de marzo de 2011

EN LA ERA DE LOS NARCOSUBMARINOS

TODO EL MUNDO BUSCA ADAPTARSE A LOS NUEVOS TIEMPOS PARA NO DESAPARECER. ESTE AXIOMA TAMBIÉN SE APLICA PARA LOS NARCOTRAFICANTES QUE NO DUDAN EN APLICAR TODA LA TECNOLOGIA DISPONIBLE PARA EL TRAFICO DE DROGAS EN LA REGION. MIENTRAS QUE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD UTILIZAN DRONES (AVIONES DESARMADOS SIN PILOTOS) PARA IDENTIFICARLOS, LOS JEFES NARCOTERRORISTAS APELAN A NOVEDOSOS NARCOSUBMARINOS PARA EVADIR A LAS AUTORIDADES.

Al menos tres cárteles colombo-mexicanos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se unieron desde hace casi 10 años para la construcción de semisumergibles y narcosubmarinos. Decenas de ellos con alta tecnología y con capacidad para casi 8 toneladas de cocaína, han sido incautados en los últimos tres años, revelan informes de las fuerzas de seguridad que combaten el narcotráfico.



El fenómeno de los narcosubmarinos comenzó en 1993, cuando la Armada de Colombia incautó uno que estaba bautizado con el nombre de Laura, en la isla caribeña de Providencia, muy cerca de San Andrés. El cambio cualitativo para el transporte de los cargamentos comenzó a incrementarse en el 2009 cuando se incautaron 20 de esas novedosas naves, todos en el Pacífico, según revela informes de las autoridades colombianas.



En un mundo en donde la globalización y las nuevas alianzas no tienen fronteras, ya no hay un cártel que lo controle todo, sino organizaciones criminales que, en el caso de los sumergibles, se encargan de construirlos y de participar en el negocio a través del transporte de la droga.



Las primeras embarcaciones autónomas para el narcotráfico eran las lanchas (rápidas) gofast, pequeñas y con dos motores. Luego fueron adaptadas con tres, cuatro o cinco motores, incluso con motores internos. Los resultados no eran los esperados en las travesías en alta mar. El negocio lucrativo favoreció la imaginación y los narcotraficantes empezaron tapando la cubierta con fibra de vidrio, para hacerlas más seguras y protegerlas del oleaje. Así, la droga, generalmente cubierta con plástico o látex, tampoco se mojaba.



El almirante Alvaro Echandía, comandante de la Armada colombiana, explica que la evolución continuó con motores que pasaron a ser diesel para evitar la irradiación de calor, pero los aparatos eran más fáciles de detectar desde el aire por los infrarrojos de helicópteros y aeronaves de las fuerzas de seguridad.



Cambiaron entonces la velocidad por la discreción. Así aparecen los semisumergibles, con una pequeña caseta para el navegante. Pero el pasado 13 de febrero, un hallazgo cerca de la desembocadura del río Saijá, en el departamento del Cauca, sorprendió a las autoridades colombianas.



Era un auténtico submarino con periscopio y radar, capaz de sumergirse completamente y navegar hasta a nueve metros de profundidad, con una capacidad de carga de ocho toneladas de droga y una autonomía de navegación de Colombia hasta México, o incluso hasta las costas de Estados Unidos.



"Estamos ante un salto tecnológico: cuenta con tanques de compensación que le permiten navegar sumergido y un periscopio de alta tecnología, con cámaras de video para conocer la situación de la parte externa sin salir a flote", explica el contraalmirante Hernando Wills Vélez, comandante de la Fuerza Naval del Pacífico.



El jefe del Comando Conjunto Pacífico, el general Jaime Herazo, explicó que su construcción habría costado unos 2,2 millones de dólares. Se arman por etapas, a veces en lugares distintos y con personas diferentes para cada fase, indican los expertos.



Una vez listos, prestan servicio a diversos grupos ilegales: la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), las nuevas bandas criminales (Bacrim) constituidas en buena parte por antiguos paramilitares y narcotraficantes, muchos con nexos con cárteles mexicanos.



Una operación militar lanzada desde el puerto de Buenaventura en el Pacifico de Colombia, produjo el decomiso de más de tres toneladas de cocaína y armas de fuego.



La droga sería cargada en el narcosubmarino decomisado y tenía como destino México. Se presume que la misma sería parte de la mercancía que varios cárteles colombo-mexicanos y frentes de las FARC, querían enviar hacia el norte.



Por otra parte, unas siete toneladas de drogas fueron encontradas por equipos de la Armada colombiana en un submarino semisumergible de fabricación artesanal que estaba a kilómetro y medio de la frontera con Ecuador. El hallazgo ocurrió cuando la nave de 18 metros de largo, 3 de ancho y fabricada en fibra de vidrio, intentó realizar el viaje desde un astillero artesanal en la zona rural de Tumaco, en el departamento de Nariño. Es el segundo en lo que va del año.



En los últimos 17 años, la Armada colombiana ha incautado y destruido 61 aparatos sumergibles de las organizaciones narcoterroristas construidos para transportar droga por los océanos. Desde 1993, cuando fue incautado el primer aparato, la imaginación de las organizaciones criminales no descansa. Algunos semisumergibles han aparecido en astilleros en la selva. Otros fueron hundidos por los narcos cercados por las autoridades. Los primeros apenas podían llevar una tonelada de droga. En 2007 cayó uno con capacidad para 12 toneladas. El último es la más impresionante "mula" oceánica de la que se tenga noticia. Cuando fue descubierta, estaba lista para ser cargada y zarpar, reveló la revista colombiana Semana. El nuevo escenario confirma la necesidad de los gobiernos de utilizar toda la tecnología y la inteligencia disponible para enfrentar a los narcoterroristas