miércoles, 23 de septiembre de 2009

Quieren matar al mensajero

La prensa en democracia es una de las primeras víctimas cuando los gobiernos son señalados por sus errores o promesas incumplidas. Cuando hablamos de víctimas en la prensa y los medios de comunicación, hablamos de periodistas y comunicadores que afrontan serios impedimentos para ejercer libremente su profesión. Si se censura a un medio de comunicación se está censurando a un periodista, pero lo más nocivo es que se deja a la sociedad sin información independiente. Entonces, sólo habla el oficialismo y el poder termina coartando los derechos de los que no comparten sus opiniones. De allí al autoritarismo hay sólo un paso. Se mata al mensajero, pero lo más grave es está matando a unos de los pilares de la democracia.

La libertad de prensa se basa en la libertad de opinión, en donde los periodistas y los medios de comunicación pueden expresar libremente todos sus pensamientos y emitir sin cortapisas las informaciones. Sin embargo, lamentablemente, hoy América Latina sufre una andanada contra la libertad de prensa. Son muchos ya los casos graves de censura directa e indirecta contra periodistas y medios de comunicación en la región. Este fenómeno no ocurría con tanta fuerza desde el pasado siglo, cuando las dictaduras en la región secuestraron las democracias y amordazaron a la prensa.

Algunos presidentes – paradójicamente autoproclamados progresistas- han adoptado hoy posiciones extremistas ante la divulgación de críticas a sus administraciones y ha lanzado duras ofensivas contra periodistas y medios de comunicación que no son genuflexos a sus intereses. Están cerrando medios, amenazan con cerrar a otros, implementan leyes mordazas, utilizan dineros públicos para crear sus propios medios a los que usan para su propaganda gubernamental, y desacreditan el trabajo de los periodistas en cada ocasión que la información no le es favorable. El mensajero es señalado como culpable de las malas gestiones de los líderes políticos.

La polarización política que los gobiernos están gestando con el ánimo de perpetuarse en el poder e imponer sus proyectos políticos, está creando un fuerte temor en la sociedad y una grave sensación de intolerancia al disenso. Ante las crecientes represalias, algunos periodistas –lamentablemente- han optado por autocensurarse para poder sobrevivir. Estamos llegando a una situación dramática. En algunos países de América Latina, se está violando el derecho que tenemos todos los ciudadanos para expresarnos con total libertad y sin temor a sufrir represalias, así como para recibir libremente la información.

Venezuela está en el primer lugar de la lista por el acoso a la libertad de prensa debido al cierre de estaciones de radio y televisión, además de persecuciones directas de organizaciones del gobierno contra medios y periodistas. Las relaciones del presidente Hugo Chávez con los medios ha sido borrascosa desde que llegó al poder. En 2005 impulsó una ley que restringía la libertad de expresión, en 2007 le quitó la licencia a la RCTV y este año el régimen ha ordenado el cierre de 32 emisoras de radio. Otras 200 podrían correr la misma suerte si se demuestran irregularidades administrativas en su gestión. El presidente tiene también en la mira ahora a Globovisión, que ya ha sido víctima de ataques de los grupos chavistas.
"Me preocupa profundamente la disminución del número de medios de expresión a través de los cuales los ciudadanos pueden ejercer su derecho a recibir información procedente de diversas fuentes", sostuvo el hasta hace poco director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia, la Cultura y las Comunicaciones (UNESCO), el japonés Koichiro Matsuura.

"El pueblo venezolano tiene derecho a recibir informaciones y análisis de los eventos que le atañen, desde diferentes puntos de vista", añadió sobre la polémica decisión del presidente Chávez, que afecta a numerosos medios de comunicación, "por presuntas violaciones de la legislación sobre telecomunicaciones vigente en el país". Sin embargo, el presidente Chávez no tiene la intención de atender la preocupación de la Unesco, ni de otras organizaciones vinculadas a los medios de comunicación y a los profesionales que en ellos trabajan.

Nicaragua es otro país que hace gala de la intolerancia hacia la prensa libre. El presidente Daniel Ortega, y su influyente esposa Rosario Murillo, tienden a la descalificación de los medios informativos acusándolos de estar “financiados por la CIA”. El ex guerrillero Ortega asumió el gobierno de Nicaragua por segunda vez, en enero de 2007, y puso al frente de la oficina de Comunicación de la Presidencia a su esposa, quien diseñó una estrategia que dividió a los medios entre "puros" y "al servicio del pueblo" y "contaminados" y "al servicio de la oligarquía".

En Managua, los periodistas críticos a la gestión del gobierno de Ortega han tenido que enfrentarse a persecuciones por parte de los tribunales de justicia y a ataques a su reputación dirigidos por órganos del Estado
En Argentina, un proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual ha despertado encendidas discusiones políticas porque "introduciría cláusulas contrarias a la libertad de prensa". Si bien existe consenso de que se necesita una nueva ley para regular temas de concentración de medios y buscar mayor pluralidad y diversidad, la queja radica en que el gobierno que encabeza Cristina Kirchner la estaría utilizando para castigar a medios independientes que considera opositores.
Más de dos centenares de inspectores participaron recientemente de un gran operativo fiscal en empresas y casas particulares de directivos de Clarín, que el mayor grupo multimedia de Argentina, crítico de la política gubernamental. El operativo tuvo claramente un objetivo, que es el de intimidarnos y amenazar, de manera virtual, nuestra libertad de expresión, denunció Ricardo Kirschbaum, editor General de Clarín a la prensa. El proyecto ya tiene media sanción con el voto de los legisladores del gobierno y ahora será analizado en el Senado.

En Ecuador, en el marco de un clima adverso para la prensa generado desde el gobierno central, se está iniciando el debate de varios proyectos para una ley de comunicación que pudiera estar entrometiéndose o influyendo negativamente en el contenido o el criterio editorial de los medios.

También en Ecuador, existe preocupación en torno a declaraciones del presidente Rafael Correa, quien amenazó con clausurar la televisora Teleamazonas por haber difundido un audio que una tercera persona grabó clandestinamente en el despacho de la presidencia sobre la reforma constitucional. En Quito, "con insultos e intimidación", se realizó recientemente una manifestación frente al diario en Guayaquil, para protestar por el contenido de una investigación periodística que, a partir de datos oficiales, denunció la morosidad en el pago de créditos estatales para microempresarios.
“Apaguemos el televisor y tengamos la mente limpia. No es necesario leer periódicos”, sentenció el presidente Correa. El gobierno de Correa incautó en 2008 unas 195 empresas del Grupo Isaías, entre ellas los medios TC Televisión y Gamavisión.

En Bolivia un grupo de policías disparó a un vehículo en donde viajaban un periodista y un cámara de la red de televisión Unitel, cuando grababan la detención de un hacendado en Santa Cruz. La Policía Nacional boliviana reconoció las agresiones y excesos. Organizaciones vinculadas al sector han denunciado al menos 90 agresiones contra periodistas.
En Honduras, donde se siguen reportando restricciones a la libertad de prensa desde el golpe de estado del 28 de junio, fue incendiado un transmisor de Radio América en la ciudad de Olanchito, departamento de Yoro, la tercera agresión en contra de esa emisora. También, desconocidos atentaron contra los transmisores de Radio Globo en Tegucigalpa y de la estación de Canal 11 en el departamento de Morazán.

En Cuba no se respeta, entre otras muchas violaciones, el derecho a la libertad de prensa y 26 periodistas independientes permanecen presos, además de tres centenares de presos políticos encarcelados, por los “graves” delitos de disentir de la opinión de los gobernantes.
Más de 340 periodistas fueron asesinados en la región en los últimos 20 años, mientras que el 90 por ciento de esos crímenes no recibieron castigo, según denunció la Federación Internacional de Periodistas. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció "impunidad" en la violencia contra los periodistas, y contabilizó al menos 15 asesinatos de profesionales de la prensa en lo que va de 2009, siete de ellos registrados en México.
Además de algunos regímenes políticos, el narcotráfico y los grupos insurgentes en México, Guatemala, Honduras, Perú y Colombia, entre otros países, son enemigos declarados de la libertad de prensa.
Amenazas, clausuras, cierre de medios, confiscación de materiales de trabajo, detenciones, secuestros y asesinatos de periodistas, son hoy habituales en pleno siglo XXI.

Los que tienen cosas que esconder. Los que saben que la libertad de prensa sustenta la democracia real y vigila el estado de derecho, son los que quieren matar al mensajero en América Latina.
Es muy importante que los periodistas y los medios mantengan su ética, su independencia y que defiendan la información pública, porque cuando se cae en el juego de hacer política, se cae en la manipulación, y las sociedades son las grandes perjudicas.
Con democracia hay libertad de expresión y con libertad de expresión hay democracia. La defensa de de ambas deber ser irrestricta. Hoy son tiempos peligrosos para los periodistas.