lunes, 10 de enero de 2011

LOS CARTELES YA ESTAN EN EL SUR

LA BRUTAL VIOLENCIA DE 2010 EN MÉXICO DERIVO DE LA GUERRA SIN CUARTEL ENTRE LOS ZETAS Y LA 'NUEVA FEDERACION', UNA ALIANZA ENCABEZADA POR EL CARTEL DE SINALOA, QUE SEGUN EL CENTRO DE ESTUDIOS DE INTELIGENCIA STRATFOR PODRIA DOMINAR EL MUNDO DEL NARCOTRAFICO ESTE AÑO.


"El cártel de Sinaloa y sus nuevos amigos pueden convertirse en la entidad dominante del crimen organizado en todo México", según el reporte de Stratfor (www.stratfor.com), considerada una de las principales consultoras en temas de seguridad.
La entidad calculó un aumento entre 60% y 70% de los homicidios en 2010 respecto al año anterior. Desde diciembre de 2006, cuando el gobierno de Felipe Calderón lanzó una ofensiva militar contra el narcotráfico, se contabilizan más de 30.200 muertos, casi la mitad de ellos en 2010, según cifras oficiales.
Stratfor dio cuenta del nacimiento a principios del año pasado de la 'Nueva Federación' como consecuencia de la ruptura entre el cártel del Golfo y 'Los Zetas', sus antiguos subordinados.
El cártel del Golfo acudió entonces a su viejo enemigo Joaquín "el Chapo" Guzmán, cabeza del cártel de Sinaloa, así como a 'La Familia', una organización criminal que opera desde el estado de Michoacán (oeste).
La 'Nueva Federación' ­una versión actualizada de una alianza entre cárteles que operó en México hasta 2008­ tiene como enemigo común a Los Zetas, pero cada uno de sus miembros sigue operando sus respectivas rutas.
Los Zetas estuvieron a la defensiva por el avance del cártel del Golfo en sus territorios tradicionales y fueron blanco de las fuerzas militares mexicanas, aseguró la consultora.
Creados en los 90 por militares de elite que desertaron para trabajar con el cártel del Golfo, Los Zetas se han extendido por toda la costa Este mexicana, desde el estado de Tamaulipas, frontera con Estados Unidos, hasta los límites con Guatemala.
El cártel de Sinaloa, asentado principalmente sobre el Pacífico (oeste), controla gran parte de la frontera con Estados Unidos desde la ciudad de Tijuana, en el extremo noroeste, hasta Ciudad Juárez (norte), una franja límitrofe con los estados estadounidenses de California, Arizona, Nuevo México y Texas.
La organización de "El Chapo", prófugo desde 2001 y por quien Estados Unidos y México ofrecen millonarias recompensas, pactó con el cártel de los hermanos Arellano Félix, en Tijuana, y recuperó "el control del territorio clave en la región con claras ventajas tácticas y de negocios sobre el cártel de Juárez", reducido a dos zonas urbanas, añade el documento.
Los expertos en seguridad consideran que el presidente Calderón requeriría de asistencia extranjera para controlar la seguridad, sobre todo en el Norte del país. Pero esa opción es poco probable debido al rechazo político que genera.
Por otra parte, la lucha que libran las fuerzas de seguridad en México contra los grupos de la droga ha forzado a los narcotraficantes a modificar sus estrategias y rutas en Centroamérica.
Centroamérica entrará en 2011 en una fase "extraordinariamente crítica" a causa de la violencia desatada por el narcotráfico, pero muy especialmente por la actividad del grupo delictivo Los Zetas, que se está apoderando del mercado de la cocaína y las anfetaminas, alertó el embajador mexicano ante la ONU, Jorge Montaño.
La situación creada por las operaciones del crimen organizado mantiene amenazada la paz y la estabilidad en Centroamérica, según Montaño. Más de 6.500 homicidios en Guatemala durante 2010 demuestran que las organizaciones del narcotráfico están invadiendo Centroamérica. Un mapa elaborado por Stratfor revela que una buena parte de los cargamentos de cocaína se mueve por tres rutas. La primera desde Colombia y llega por aire a El Salvador, Honduras y Guatemala, desde donde es introducida en México por tierra vía Chiapas, Oaxaca y Guerrero. La segunda entra por el Pacífico y llega a México a través de Acapulco y Puerto de Lázaro Cárdenas, desde donde la droga se reenvía a Puerto Vallarta, Mazatlán y Culiacán. La tercera va por el golfo de México y el Caribe procedente de Colombia, Venezuela y Brasil. Llega a las ciudades mexicanas de Veracruz y Cancún.
Además, la existencia de un brazo armado del cártel mexicano de Sinaloa en Ecuador y Perú, denunciada en Lima por la fiscalía antidrogas, es percibida como una etapa hacia la implantación de esa organización criminal en el resto de América del Sur.
Un operativo antidrogas simultáneo de las policías peruana y ecuatoriana en Ayabaca (Norte de Perú) y Loja (Sur de Ecuador), respectivamente, puso bajo reflectores a ese brazo armado de dos cabezas sospechoso de haber asesinado a 24 policías y civiles en Perú.
La información se filtró a la prensa el 5 de enero, pero la acción policial en ambos países se realizó el 12 de noviembre de 2010.
La presencia del cártel de Sinaloa en Perú ha ido de menos a más desde 2000 y la existencia de una banda armada, que actuaría a sueldo para ellos, va en la dirección de la hipótesis policial de que los mexicanos extienden sus tentáculos para controlar el mercado regional de la cocaína.
Según la Policía peruana, el 70% del negocio lo maneja el cártel de Sinaloa, seguido por el cártel del Golfo y el cártel de Tijuana, que actúan con apoyo de socios peruanos y colombianos.
El zar antidrogas peruano, Rómulo Pizarro, presidente de la Comisión para el Desarrollo y Vida sin Drogas, había declarado en noviembre pasado que tres cárteles mexicanos dominaban el negocio de las drogas en Perú, que es uno de los tres mayores productores mundiales de cocaína.
En Ecuador la fiscalía anunció esta semana la detención del líder del brazo armado del cártel de Sinaloa en ese país tras operativos contra la organización en Loja. El líder sería el colombiano Rubén Castro Gómez, según la fiscalía.
Perú y México coordinan esfuerzos contra el narcotráfico, con apoyo de Estados Unidos, desde fines de 2008, luego de que el presidente Alan García denunciara que los cárteles mexicanos intentaban capturar el mercado peruano de drogas desplazando a sus pares colombianos. Los cárteles mexicanos empezaron a penetrar el mercado peruano de la droga durante la década de 2000, tras el repliegue de los cárteles colombianos a su país, según García.
Los brazos de los cárteles mexicanos cruzan fronteras, mutan y ya se instalaron peligrosamente en el Sur del continente.