sábado, 26 de septiembre de 2009

Las 574 páginas del informe Goldstone

El reciente informe de 574 páginas de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, a cargo del juez sudafricano Richard Goldstone, sobre la guerra entre Israel y Hamas marca nuevamente la politización del organismo y su falta de parcialidad a la hora de analizar las denuncias que allí se radican.



La institución, es la heredera del Comité de Derechos Humanos, disuelto por su politización y su obsesión contra Israel bajo la influencia de los países árabes-musulmanes y sus aliados. “Tiene una larga historia de singularizar a Israel para condenarlo, ignorando a los reales abusadores de los derechos humanos por parte de los peores ofensores del mundo, muchos de los cuales dominan el Consejo de Derechos Humanos y sus antecesores. El Consejo adoptó más resoluciones y decisiones de condena a Israel que todos los demás 191 estados miembro de Naciones Unidas combinados (…) Cuanto más tiempo pasa el Consejo demonizando a Israel, es menos probable que se convierta en aquel que alguna vez condene el genocidio en Sudan, la esclavitud femenina en Arabia Saudita o la tortura en Egipto”, sostuvo la académica del Instituto Hudson, Anne Bayerfsky.

Durante ocho años, ignoró y no reaccionó a los 12.000 cohetes y morteros lanzados sobre los civiles en el territorio israelí desde el territorio palestino de Gaza. Esa escalada del grupo terrorista palestino Hamas, que además gobierna la Franja tras un golpe contra Fatah, culminó con el enfrentamiento abierto a fines de 2008. Fue la organización terrorista Hamas la que inició la guerra, cuando en su fundación proclamó que Israel no debería existir y habría que destruirla.

El informe Goldstone no es una excepción a las constantes campaña antiisraelíes que se realizaron desde el comité de la ONU, explicó Mary Robinson, la ex comisionada de Derechos Humanos, cuando rechazó la oferta de dirigir la misión, al igual que otros funcionarios. Para Robinson la misión “no estaba guiada por los derechos humanos, sino por la política”. Robinson, describió el mandato como "falto de equilibrio por centrarse en lo que hizo Israel, sin solicitar la investigación de los lanzamientos de cohetes por parte de Hamas".

La politización y la clara tendencia para acusar a Israel de todos los males llevó a países democráticos como Suiza, Canadá, Corea, Japón, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Países Bajos a negar su apoyo a la resolución en la comisión.

El informe determina que tanto Israel como Hamas cometieron delitos de guerra en la Franja de Gaza pero se centra, en especial, en las acciones israelíes, ignorando el derecho de legítima defensa de Israel. Como dijera el entonces candidato estadounidense Barack Obama cuando visitó Sderot, la ciudad más devastada por los ataques del grupo terrorista palestino, “la primera tarea de cualquier estado nacional es proteger a sus ciudadanos. Puedo asegurarles que si alguien lanzara misiles contra mi casa, donde mis dos hijas duermen por las noches, haría todo lo que esté a mi alcance para detenerlo. Y esperaría que los israelíes hicieran lo mismo”.

En el informe Goldstone, que recibió la critica del gobierno de Estados Unidos, se minimiza los misiles disparados, de manera deliberada, por Hamas hacia blancos civiles israelíes en el sur del país.

Pese a que Hamas admitió el uso de escudos humanos, no fue tomado como evidencia por la comisión. El informe cita la afirmación de uno de los líderes de Hamas, Fathi Hammad, quien se jactó de que “para el pueblo palestino, la muerte se convirtió en una industria, en la que las mujeres se destacan, como lo hace todos los habitantes que viven en esta tierra. Los mayores sobresalen, como también los jihadistas y los niños. Esta es la razón por la cual formaron escudos humanos con mujeres, niños, ancianos y jihadistas, a fin de desafiar la maquinaria sionista de bombardeo. Es como si le estuvieran diciendo al enemigo sionista: Deseamos morir tanto como ustedes desean vivir”.

También se ignoraron videos, que constituyen una evidencia fuerte, en los que se muestran a los terroristas palestinos disparando misiles en áreas civiles, incluyendo escuelas. Los terroristas de Hamas instalaron plataformas de lanzamiento y construcciones de almacenamiento en la proximidad de escuelas, mezquitas y guarderías. Colocaron minas y otros artefactos explosivos en barrios de la ciudad y utilizaron a niños palestinos como escudos humanos para ocultar a sus efectivos y pertrechos militares.

Pese a que los redactores del informe se propusieron deslegitimar el comportamiento israelí en la guerra, después de la operación en Gaza – entre diciembre 2008 a enero de 2009-, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), tras recibir quejas de diversas entidades y Organizaciones No Gubernamentales de su conducta, realizaron cinco investigaciones amplias, y además, otras 80 por más de 100 incidentes particulares. Hasta ahora se han abierto 23 casos para investigación criminal en la justicia israelí, por cierto en la única democracia sólida en una región que no se caracteriza precisamente por el respeto de los derechos humanos.

Toda confrontación militar tiene consecuencias dramáticas. Pero como dijo el hoy presidente Obama “la primera tarea de cualquier nación es proteger a sus ciudadanos”.

Pero el informe Goldstone establece algo peor, una equivalencia moral entre los instigadores de la violencia terrorista y los que estaban tratando de defenderse de ella. Qué podría suceder en el futuro si tomara en cuenta el informe Goldstone. Virtualmente el ejército israelí se vería en problemas por proteger a sus ciudadanos contra los ataques lanzados desde fuera. El mensaje para los terroristas es simple. El informe, los alienta de hecho a seguir atacando, ya que el Estado israelí sería condenado por defender y proteger a sus ciudadanos.

No se puede equiparar el derecho a la legítima defensa y las acciones terroristas contra civiles. Si a los Estados democráticos se les restringe el derecho a la autodefensa, se promueve entonces la agresión ilegal del atacante. El informe Goldstone legitima las actividades terroristas. El informe hace caso omiso del deber y el derecho a la defensa propia que atañe a cada Estado soberano, según están consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Quieren matar al mensajero

La prensa en democracia es una de las primeras víctimas cuando los gobiernos son señalados por sus errores o promesas incumplidas. Cuando hablamos de víctimas en la prensa y los medios de comunicación, hablamos de periodistas y comunicadores que afrontan serios impedimentos para ejercer libremente su profesión. Si se censura a un medio de comunicación se está censurando a un periodista, pero lo más nocivo es que se deja a la sociedad sin información independiente. Entonces, sólo habla el oficialismo y el poder termina coartando los derechos de los que no comparten sus opiniones. De allí al autoritarismo hay sólo un paso. Se mata al mensajero, pero lo más grave es está matando a unos de los pilares de la democracia.

La libertad de prensa se basa en la libertad de opinión, en donde los periodistas y los medios de comunicación pueden expresar libremente todos sus pensamientos y emitir sin cortapisas las informaciones. Sin embargo, lamentablemente, hoy América Latina sufre una andanada contra la libertad de prensa. Son muchos ya los casos graves de censura directa e indirecta contra periodistas y medios de comunicación en la región. Este fenómeno no ocurría con tanta fuerza desde el pasado siglo, cuando las dictaduras en la región secuestraron las democracias y amordazaron a la prensa.

Algunos presidentes – paradójicamente autoproclamados progresistas- han adoptado hoy posiciones extremistas ante la divulgación de críticas a sus administraciones y ha lanzado duras ofensivas contra periodistas y medios de comunicación que no son genuflexos a sus intereses. Están cerrando medios, amenazan con cerrar a otros, implementan leyes mordazas, utilizan dineros públicos para crear sus propios medios a los que usan para su propaganda gubernamental, y desacreditan el trabajo de los periodistas en cada ocasión que la información no le es favorable. El mensajero es señalado como culpable de las malas gestiones de los líderes políticos.

La polarización política que los gobiernos están gestando con el ánimo de perpetuarse en el poder e imponer sus proyectos políticos, está creando un fuerte temor en la sociedad y una grave sensación de intolerancia al disenso. Ante las crecientes represalias, algunos periodistas –lamentablemente- han optado por autocensurarse para poder sobrevivir. Estamos llegando a una situación dramática. En algunos países de América Latina, se está violando el derecho que tenemos todos los ciudadanos para expresarnos con total libertad y sin temor a sufrir represalias, así como para recibir libremente la información.

Venezuela está en el primer lugar de la lista por el acoso a la libertad de prensa debido al cierre de estaciones de radio y televisión, además de persecuciones directas de organizaciones del gobierno contra medios y periodistas. Las relaciones del presidente Hugo Chávez con los medios ha sido borrascosa desde que llegó al poder. En 2005 impulsó una ley que restringía la libertad de expresión, en 2007 le quitó la licencia a la RCTV y este año el régimen ha ordenado el cierre de 32 emisoras de radio. Otras 200 podrían correr la misma suerte si se demuestran irregularidades administrativas en su gestión. El presidente tiene también en la mira ahora a Globovisión, que ya ha sido víctima de ataques de los grupos chavistas.
"Me preocupa profundamente la disminución del número de medios de expresión a través de los cuales los ciudadanos pueden ejercer su derecho a recibir información procedente de diversas fuentes", sostuvo el hasta hace poco director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia, la Cultura y las Comunicaciones (UNESCO), el japonés Koichiro Matsuura.

"El pueblo venezolano tiene derecho a recibir informaciones y análisis de los eventos que le atañen, desde diferentes puntos de vista", añadió sobre la polémica decisión del presidente Chávez, que afecta a numerosos medios de comunicación, "por presuntas violaciones de la legislación sobre telecomunicaciones vigente en el país". Sin embargo, el presidente Chávez no tiene la intención de atender la preocupación de la Unesco, ni de otras organizaciones vinculadas a los medios de comunicación y a los profesionales que en ellos trabajan.

Nicaragua es otro país que hace gala de la intolerancia hacia la prensa libre. El presidente Daniel Ortega, y su influyente esposa Rosario Murillo, tienden a la descalificación de los medios informativos acusándolos de estar “financiados por la CIA”. El ex guerrillero Ortega asumió el gobierno de Nicaragua por segunda vez, en enero de 2007, y puso al frente de la oficina de Comunicación de la Presidencia a su esposa, quien diseñó una estrategia que dividió a los medios entre "puros" y "al servicio del pueblo" y "contaminados" y "al servicio de la oligarquía".

En Managua, los periodistas críticos a la gestión del gobierno de Ortega han tenido que enfrentarse a persecuciones por parte de los tribunales de justicia y a ataques a su reputación dirigidos por órganos del Estado
En Argentina, un proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual ha despertado encendidas discusiones políticas porque "introduciría cláusulas contrarias a la libertad de prensa". Si bien existe consenso de que se necesita una nueva ley para regular temas de concentración de medios y buscar mayor pluralidad y diversidad, la queja radica en que el gobierno que encabeza Cristina Kirchner la estaría utilizando para castigar a medios independientes que considera opositores.
Más de dos centenares de inspectores participaron recientemente de un gran operativo fiscal en empresas y casas particulares de directivos de Clarín, que el mayor grupo multimedia de Argentina, crítico de la política gubernamental. El operativo tuvo claramente un objetivo, que es el de intimidarnos y amenazar, de manera virtual, nuestra libertad de expresión, denunció Ricardo Kirschbaum, editor General de Clarín a la prensa. El proyecto ya tiene media sanción con el voto de los legisladores del gobierno y ahora será analizado en el Senado.

En Ecuador, en el marco de un clima adverso para la prensa generado desde el gobierno central, se está iniciando el debate de varios proyectos para una ley de comunicación que pudiera estar entrometiéndose o influyendo negativamente en el contenido o el criterio editorial de los medios.

También en Ecuador, existe preocupación en torno a declaraciones del presidente Rafael Correa, quien amenazó con clausurar la televisora Teleamazonas por haber difundido un audio que una tercera persona grabó clandestinamente en el despacho de la presidencia sobre la reforma constitucional. En Quito, "con insultos e intimidación", se realizó recientemente una manifestación frente al diario en Guayaquil, para protestar por el contenido de una investigación periodística que, a partir de datos oficiales, denunció la morosidad en el pago de créditos estatales para microempresarios.
“Apaguemos el televisor y tengamos la mente limpia. No es necesario leer periódicos”, sentenció el presidente Correa. El gobierno de Correa incautó en 2008 unas 195 empresas del Grupo Isaías, entre ellas los medios TC Televisión y Gamavisión.

En Bolivia un grupo de policías disparó a un vehículo en donde viajaban un periodista y un cámara de la red de televisión Unitel, cuando grababan la detención de un hacendado en Santa Cruz. La Policía Nacional boliviana reconoció las agresiones y excesos. Organizaciones vinculadas al sector han denunciado al menos 90 agresiones contra periodistas.
En Honduras, donde se siguen reportando restricciones a la libertad de prensa desde el golpe de estado del 28 de junio, fue incendiado un transmisor de Radio América en la ciudad de Olanchito, departamento de Yoro, la tercera agresión en contra de esa emisora. También, desconocidos atentaron contra los transmisores de Radio Globo en Tegucigalpa y de la estación de Canal 11 en el departamento de Morazán.

En Cuba no se respeta, entre otras muchas violaciones, el derecho a la libertad de prensa y 26 periodistas independientes permanecen presos, además de tres centenares de presos políticos encarcelados, por los “graves” delitos de disentir de la opinión de los gobernantes.
Más de 340 periodistas fueron asesinados en la región en los últimos 20 años, mientras que el 90 por ciento de esos crímenes no recibieron castigo, según denunció la Federación Internacional de Periodistas. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció "impunidad" en la violencia contra los periodistas, y contabilizó al menos 15 asesinatos de profesionales de la prensa en lo que va de 2009, siete de ellos registrados en México.
Además de algunos regímenes políticos, el narcotráfico y los grupos insurgentes en México, Guatemala, Honduras, Perú y Colombia, entre otros países, son enemigos declarados de la libertad de prensa.
Amenazas, clausuras, cierre de medios, confiscación de materiales de trabajo, detenciones, secuestros y asesinatos de periodistas, son hoy habituales en pleno siglo XXI.

Los que tienen cosas que esconder. Los que saben que la libertad de prensa sustenta la democracia real y vigila el estado de derecho, son los que quieren matar al mensajero en América Latina.
Es muy importante que los periodistas y los medios mantengan su ética, su independencia y que defiendan la información pública, porque cuando se cae en el juego de hacer política, se cae en la manipulación, y las sociedades son las grandes perjudicas.
Con democracia hay libertad de expresión y con libertad de expresión hay democracia. La defensa de de ambas deber ser irrestricta. Hoy son tiempos peligrosos para los periodistas.

lunes, 14 de septiembre de 2009

La paz económica entre israelíes y palestinos

Cuando uno analiza el conflicto entre palestinos e israelíes, podría suponer que las diferencias políticas impiden y hacen imposible las relaciones y el diálogo. Se tiende a ver sólo los choques armados o las duras declaraciones. Sin embargo, contrariamente a lo que se podría creer, existe una paz económica que facilita -discretamente- la confianza, las relaciones políticas y los eventuales acuerdos.
Hoy el intercambio comercial entre la Autoridad Nacional Palestina (ANP) e Israel aumenta, pese al enfrentamiento político por la construcción de asentamientos israelíes en Jerusalén y Cisjordania.
El comercio entre Israel y la ANP creció 17 por ciento en 2008, llegando a 3.900 millones de dólares.
Durante el 2007, alcanzó los 3.160 millones de dólares. Ese año las exportaciones israelíes hacia la ANP aumentaron en un 14 por ciento, lo que significó 2.600 millones de dólares, mientras que las importaciones israelíes subieron un 41 por ciento, y se ubicaron en los 560 millones de dólares.
En 2006 el intercambio israelo-palestino alcanzó 3.000 millones.Las importaciones y exportaciones palestinas a través de puertos israelíes aumentaron cinco por ciento, llegando el año pasado a 1.200 millones de dólares, una cifra superior a la de años anteriores. Un informe del Centro Peres para la Paz, con sede en Tel Aviv, revela que el 90 por ciento de las exportaciones palestinas van a Israel, y representan 65 por ciento del producto interno bruto (PIB) palestino.Se espera que los intercambios comerciales aumenten el próximo año a alrededor de 5.300 millones de dólares, según pronostican los operadores de la conflictiva región.
Hoy empresas israelíes reúnen a empleados residentes en Israel y en los territorios palestinos, y trabajan juntos por visioconferencia o mensajería instantánea, superando de este modo las medidas de seguridad que hacen difíciles los viajes de una oficina a la otra en esa convulsionada región. Aunque ciertos acontecimientos políticos pueden crear divergencias, es perfectamente posible discutir inteligentemente.
Todo el mundo tiene un papel que cumplir para alcanzar la paz, ya que todo el mundo tiene un papel que jugar para lograr prosperidad económica, sostiene Ofir Gendelman, director de la Cámara Israelí-Palestina de Comercio e Industria. Murad Tahboub, director de recursos humanos en Asal Technology de la palestina Ramallah –una de las firmas que apuesta a esta relación- afirma que “contratar a palestinos, es investir en pos de la paz”. Para Shraga Brosh, Director de la Federación para la Organización Económica Israelí, ambas economías son complementarias, es por eso que la cooperación que se desarrolla hoy, no se limita solamente a las industrias tradicionales sino que también incursiona en el sector de las nuevas las tecnologías. De este modo, los territorios palestinos representan un nuevo mercado más que interesante para Israel, mientras que el Estado hebreo y sus avances tecnológicos pueden contribuir al desarrollo de los territorios palestinos, que tienen un PIB por habitante notoriamente bajo que el de Israel.Según el Banco Mundial, la economía palestina es una de las que más depende del envío de remesas desde el exterior. Los habitantes palestinos, per cápita, son unos de los que más dinero obtiene en el mundo. Desde 1993, ha recibido más de 10.000 millones de dólares para su funcionamiento. Es esencial para los palestinos desarrollar el comercio con sus vecinos israelíes, si quieren salir del complejo círculo de la caridad de la comunidad internacional, para construir instituciones sólidas en sus territorios y desarrollar su sociedad en forma democrática.
Este mes se reunieron en Jerusalén, durante tres horas, el ministro de economía palestino Bassem Khoury y el viceprimer ministro israelí Silvan Shalom, en el marco del Comité Económico Conjunto Israelí-Palestino. Este encuentro se inscribe en el concepto de paz económica, concebido por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu antes de las elecciones de febrero, como fórmula de reconciliación con los palestinos.
Khoury y Shalom, se conocen personalmente por un panel en el que ambos participaron tiempo atrás sobre desarrollo regional y paz, organizado por el Centro Peres.Entre los asuntos abordados por ambos funcionarios estuvo la concesión de visas israelíes a empresarios e inversores palestinos, la importación de mayores cantidades de carne y productos lácteos a Cisjordania y Jerusalén oriental, el incremento en la cantidad de palestinos que podrán recibir atención médica en Israel y la creación de parques industriales conjuntos que beneficien por igual a ambas partes, entre otras iniciativas.Tras el encuentro, ambas partes decidieron que las reuniones serán mensuales. Se crearon también subcomités de turismo, industria, agricultura y salud.
Los acuerdos en la región no son nuevos. Tras la implementación del tratado de paz israelo-jordano quedó establecida con la firma y ratificación acuerdos bilaterales en las esferas económica, científica y cultural. Estos tratados sirven de base para relaciones pacíficas entre Israel y el Reino Hachemita de Jordania. La expresión más significativa de estas relaciones pacíficas son las “Zonas Industriales Calificadas”, que le permiten a Jordania, por medio de su cooperación con Israel, exportar a Estados Unidos mercaderías libres de cuotas y de tarifas por valor de más de mil millones de dólares. Israel coopera además con Jordania en dos proyectos agrícolas y en salud pública. Israel mantiene también hoy relaciones comerciales con Egipto y con otros países árabes moderados, más allá de las diferencias que aún persisten en la región.
El círculo virtuoso de la economía, juega sin duda un importante papel para propiciar acuerdos políticos que desemboquen en una solución definitiva a viejos conflictos.
Las economías israelo-palestina siempre han estado fuertemente conectadas, en especial después de las firma de los acuerdos de Oslo. Una paz económica no impide el diálogo político, sino que ayuda a impulsarlo. Los israelíes y los palestinos están condenados a vivir juntos, uno a lado del otro. Tienen una sola opción: trabajar juntos por su futuro. La paz económica es una buena señal, a la que se debe apostar.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Los trágicos costos del 9/11

El 11 de setiembre del 2001, Estados Unidos sufrió un trágico ataque terrorista que causó la muerte de tres mil personas. Hace ocho años, el fatídico suceso causó drásticos cambios en varios aspectos de la vida de los estadounidenses, pero también en el resto del mundo. La seguridad y el combate al terrorismo pasaron a los primeros lugares de las agendas domésticas y mundiales. Las imágenes de los atentados contra las torres gemelas del World Trade Center en Nueva York, el Pentágono en Washington, y la caída de uno de los cuatro aviones en Pennsylvania cuando se dirigía a Washington, quedaron guardadas en las retinas de todos.

Ocho años después las consecuencias del ataque terrorista, que se autoadjudicó Osama bin Laden y su grupo islamista Al Qaeda, siguen dominando la política estadounidense. En respuesta a los atentados del 11 de setiembre, comenzó la guerra global contra el terror en Afganistán. El 13 de noviembre de 2001, Kabul fue tomada por Washington y sus aliados, y el gobierno quedó en manos de la OTAN y la Alianza del Norte para combatir así a los talibanes. Desde entonces Al Qaeda y el mundo talibán se han reorganizado y siguen atacando. Ocho años después, Bin Laden sigue sin ser capturado, los atentados se suceden en todo el mundo y la guerra continúa. Según distintos informes, se han gastado desde 2001 hasta la fecha más de 160.000 millones de dólares en el combate contra los fundamentalistas talibanes. Y hoy muchos tienen la impresión de haber sido “traicionados” por el presidente Barack Obama, que reforzó su presencia militar en Afganistán. Según una encuesta reciente, seis de cada diez estadounidenses se oponen a una guerra en la que en tan sólo en lo que va de 2009 han muerto 184 norteamericanos, con el riesgo de empantanarse en un escenario al estilo vietnamita. A fines de año, se calcula que habrá unos 68.000 soldados en Afganistán, 21.000 de los cuales fueron ordenados por Obama, una opción que sólo aprueba el 24% de los estadounidenses.
Por otra parte, se suman unos 64.500 efectivos de 42 países conforman la misión de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) de la OTAN, aunque su presencia no ha logrado hasta ahora derrotar a los talibanes y sus aliados de la red Al Qaeda.
Si bien el presidente Obama, que heredó los conflictos en Afganistán e Irak y las responsabilidad de de capturar al jefe terrorista saudita, debe lidiar con los costos de estas misiones, la sociedad estadounidense carga con otros costes nada menores.
Desde el 11 de setiembre han muerto centenares de personas que fueron rescatadas aquél fatídico día. De ellos, 817 han perdido la vida por causas relacionadas con los atentados. 270 de esos héroes, como los califica la población en general, han perdido la vida a causa del cáncer. Otros 33 se han suicidado, incapaces de superar el trauma de aquél atentado.
Otros 149 víctimas del atentado han sufrido muertes traumáticas, accidentes de tráfico, murieron en incendios, en asaltos, incluyendo 27 personas que perdieron la vida trabajando. Otros 12 han caído en las guerras de Irak y Afganistán.
Pero la principal causa de esas muertes está en la salud, que explica 479 de las 817 muertes. Recientemente, el cáncer se llevó la vida del bombero John McNamara, de 44 años, y que participó en las labores de rescate, junto con otras 50.000 personas que se volcaron a ayudar a las víctimas. McNamara es una víctima más de aquél día, indicó el New York Times.
Según un estudio de los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades en Atlanta, cuyos resultados se publican en la revista Journal of the American Medical Association, los trabajadores ocupados en el rescate, los residentes y trabajadores de oficinas de la zona del World Trade Center en Nueva York informan de nuevos diagnósticos de asma o estrés postraumático después del ataque terrorista.
Los expertos, dirigidos por Robert M. Brackbill, examinaron la incidencia de dos de los principales problemas de salud que sufrieron estas personas: el asma y los síntomas de estrés postraumático indicativos de un posible trastorno de estrés postraumático (TEPT) después del ataque a las torres gemelas en setiembre de 2001.
Los investigadores señalan que si se aplican los resultados del seguimiento a las aproximadamente 409.000 personas expuestas, se estima que aproximadamente 25.500 adultos han sufrido asma después de los atentados y 61.000 han padecido síntomas indicativos de posible TEPT.
Según concluyen los autores, estos descubrimientos confirman que tras un ataque terrorista los trastornos de salud mental pueden persistir si no se identifican y tratan adecuadamente y que un número importante de personas expuestas pueden desarrollar síntomas de inicio tardío.
Ocho años después de los ataques terroristas de 2001, Estados Unidos no ha logrado superar esa tragedia. Sus consecuencias locales y mundiales son una herida que no ha cerrado y que nadie puede olvidar.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Un verano calienta para Obama

Después del triunfo del presidente Barack Obama, la mayor parte de los estadounidenses pensaban que el nuevo jefe de la Casa Blanca compensaría su falta de experiencia de gobierno con su capacidad comunicacional para lograr el cambio bajo su lema sí se puede, como lo había hecho durante la campaña. Pero, como presidente, su habilidad para vender sus políticas más importantes – particularmente la reforma al sistema de salud, tema central de su agenda doméstica – ha resultado mucho más débil de lo esperado. Las encuestas así lo indican. El Obama de la campaña electoral, se dio de lleno con la dura realidad.

Los números del presidente no son buenos. La reforma de la salud, la economía y dos guerras lo agobian. La alarma se encendió en el salón oval cuando las críticas llegan también desde sus filas, de sus más fieles e incondicionales votantes demócratas: los afroamericanos y los jóvenes.Según el sondeo de Zogby Internacional, su popularidad entre los miembros del partido bajó del 88 por ciento que registraba en julio al 75 por ciento en la más reciente muestra de agosto. En los jóvenes de 18 a 29 años el desplome fue aún más grave. De 59 por ciento pasó al 41 por ciento. En el caso de los afroamericanos, bajó del 83 por ciento al 74 por ciento. Incluso acumuló la desaprobación del 53 por ciento de los independientes, en comparación con un 43 por ciento que dieron calificaciones positivas a su trabajo en la Casa Blanca.
De acuerdo con la muestra, el 48 por ciento de la población desaprueba su gestión, que aún no cumplió su primer año. Los números son muy alarmantes, si se tiene en cuenta que Obama alcanzó a registrar casi un 70 por ciento de popularidad en sus primeros días como presidente.
Las cifras son, también, muy negativas si se compara con presidentes anteriores. Ninguno entre los 12 presidentes, en los últimos 70 años, había registrado un nivel tan bajo a estas alturas de su mandato. Bush (51 por ciento), Bush padre (70 por ciento), Reagan (52 por ciento), Carter (54 por ciento), Ford (50 por ciento), Nixon (58 por ciento), Johnson (70 por ciento), Kennedy (76 por ciento), Eisenhower (60 por ciento) y Truman (82 por ciento).
La excepción es Bill Clinton, que llegó a tener un 37 por ciento a cinco meses de asumir, pero luego repuntó en agosto con un 44 por ciento.
La caída del presidente en los sondeos se puede atribuir a la situación económica y a las guerras inconclusas y, particularmente, a la reforma a la salud que tiene divida a los legisladores y votantes demócratas.
Si Obama no logra aprobar una reforma que complazca a su base, el Partido Demócrata se arriesga a perder a los jóvenes que pueden sentirse defraudados con el estilo de política que, el entonces senador y candidato, prometió en campaña electoral combatir. Muchos están cada vez más desencantados con el hombre que prometió traer el cambio a Washington. “En una campaña se puede generar mucho entusiasmo porque uno no tiene que descender de las exaltadas generalidades. Pero cuando se trata de articular políticas reales en el poder, no hay dónde esconderse. Somos muchos los que estamos muy desilusionados con lo que vemos”, explicó Jane Hamsher, una líder entre los bloggers del progresismo estadounidense.
Los demócratas podrían perder por lo menos 20 escaños en las elecciones parlamentarias del año próximo si el presidente no logra reagrupar a sus legisladores y seguidores, ya que muchos votantes del ala progresista desilusionados podrían no concurrir a las urnas si Obama no cumple sus anuncios de campaña.
La reforma a la salud, que fue una de las grandes promesas de Obama durante la campaña, ha caído en medio de la oposición republicana y el lobby de las empresas aseguradoras, que la rechazan por contemplar la llamada opción pública. Esta opción convertiría al Estado en una aseguradora que competiría con la industria privada y, en teoría, reducirías los costos de la salud para millones.
Pese a su elocuencia, el presidente estadounidense no logra concitar el entusiasmo de la opinión pública en uno de los temas más importantes de su agenda política, y algunos aliados ya le están advirtiendo que un manejo inadecuado de este debate podría llegar a empañar el resto de su período de gobierno.
Las encuestas obligaron al presidente a tomar una decisión pragmática y a rebajar su promesa electoral sobre la reforma del sistema de salud. Obama trata de evitar el error de Clinton, quien envió un proyecto cerrado al Capitolio sobre una base de todo o nada. Por eso, el presidente articuló unos pocos principios y dejó los detalles en manos de los legisladores demócratas la reforma de salud, para que se negocie en el Congreso con los republicanos. Sin embargo, allegados a Obama creen que ha cedido demasiada influencia al Congreso.
Obama podría lograr este año, tras un duro debate en el Capitolio, que se apruebe una ley de salud, aunque recortada y más modesta de la prometida, pero de todos modos alcanzaría una vital victoria parcial.
Cuando el Congreso reasuma funciones este 8 de setiembre, la prioridad en la agenda doméstica será retomar las discusiones sobre cinco proyectos legislativos presentadas hasta ahora, uno de la cuales incluye la propuesta de una opción de seguro médico público.
Según un sondeo de la CNN, sólo el 44 por ciento de los estadounidenses aprueba cómo Obama condujo el debate sobre la reforma sanitaria, mientras el 53 por ciento tiene una opinión negativa al respecto.
Una encuesta aparecida en The Washington Post indica que ahora sólo 49 por ciento de los estadounidenses confían en que Obama siempre hará lo correcto, comparado con 60 por ciento en abril. Otras muestran que actualmente una estrecha mayoría de norteamericanos se opone a la reforma de la salud.
Hoy la agenda de la Casa Blanca es compleja y no alcanza con la dotes de comunicador de Obama. Un grave error podría conducir al desencanto. The New York Times, que lo apoyó decididamente, afirmaba tras su victoria: No es tiempo para los laureles; ahora viene la parte dura.
Atrás quedaron las mediáticas promesas electorales. El presidente Obama está descubriendo lo que es gobernar. De sus pragmáticas decisiones de largo aliento y no de sus efímeros discursos, dependerá el futuro electoral de los demócratas.