domingo, 25 de noviembre de 2012

Sí importa quién tira la primera piedra


No importa quién tira la primera piedra, dice un dicho popular. Sin embargo en el conflicto entre el grupo terrorista Hamas y los israelíes importa, porque nuevamente ese grupo palestino que controla la franja de Gaza ha encendido la mecha de una nueva escalada de violencia contra la población civil del sur de Israel.

Sin embargo nadie debería extrañarse por la nueva situación. La violencia constante del grupo islámico es consecuente con su prédica política. ¿Qué quiere Hamas, porque lucha?  El 18 de agosto de 1988 Hamas hizo público un extenso manifiesto de su acción político-militar, cuyo eje central es la aniquilación del Estado de Israel. En 36 artículos, promueven como principal objetivo la destrucción del Estado judío a través del Jihad (la guerra santa islámica). En el preámbulo del documento rector afirma: “Israel (...) continuará existiendo hasta que el Islam lo destruya, de la misma manera que ha destruido a otros en el pasado”. Hamas rechazó siempre un acuerdo de paz con sus vecinos israelíes. “Las iniciativas, y las llamadas soluciones pacificas y conferencias internacionales contradicen los principios del Movimiento de Resistencia Islámica... Estas conferencias no son más que un medio para designar infieles como árbitros en las tierras del Islam... No existe ninguna solución al problema palestino sino por medio del Jihad. Las iniciativas, las propuestas y las conferencias internacionales no son sino una pérdida de tiempo, un ejercicio inútil”, según el artículo 13 de su carta de principios.

En el año 2005, Israel se retiró por completo, de forma unilateral, de la Franja de Gaza, en un intento proactivo de avanzar con el proceso de paz. El Hamas, que ha hecho todos los esfuerzos posibles por destruir dicho proceso, tomó por la fuerza el poder dando un golpe de Estado contra la Autoridad Palestina y convirtió a Gaza en un gigantesco depósito de municiones que ha utilizado para atentar de forma permanente contra Israel y sus habitantes. Desde entonces, 7000 cohetes han sido disparados contra territorio israelí en sólo 7 años.
Desde principios del 2012, más de 800 misiles han sido disparados desde la Franja de Gaza contra el sur del Israel, poniendo en riesgo la vida de más de un millón de ciudadanos israelíes. Durante muchos meses, a pesar de los constantes ataques contra su población, Israel se abstuvo de responder de forma contundente con el fin de evitar una escalada del conflicto. Los últimos ataques comenzaron la noche del sábado 10 de noviembre cuando un misil anti tanque fue lanzado contra un jeep del ejército que se movilizaba por el lado israelí de la cerca de seguridad. Desde entonces, más de 550 cohetes han sido lanzados contra ciudadanos israelíes, alcanzando ciudades como Jerusalén y Tel Aviv.
La operación militar tuvo como objetivo debilitar la red de lanzamiento de misiles para reducir la amenaza que significan los ataques del Hamas. Israel actuó en defensa propia cumpliendo con la obligación de defender a sus ciudadanos. Algo diametralmente opuesto a la irresponsable costumbre de Hamas de esconderse entre los civiles cuando atacan a los israelíes, incluso en escuelas y hospitales desde donde lanzan sus misiles, poniendo en riesgo la vida de su población.
El objetivo principal que se propuso en este caso el gobierno de Israel es el de recuperar el poder de disuasión frente al Hamas, y con ello generar un espacio de tiempo importante que le otorgue respiro al millón de habitantes del sur del país que están en la frontera. Será fundamental que las partes retornen a la mesa de negociaciones, una condición imprescindible para lograr un acuerdo de paz justo y duradero entre dos pueblos que están destinados a vivir como vecinos, pero está muy claro que Hamas y la Jihad islamica están violentamente muy lejos de esta concepción, por el contrario no pierden oportunidad de fogonear el viejo conflicto.