miércoles, 27 de enero de 2010

Nuevo antisemitismo con viejos tópicos demonizadores

En las últimas horas rindieron homenaje al 1,1 millón de de hombres, mujeres y niños -de los cuales 960.000 eran judíos- que murieron entre 1940 y 1945 en el que fue el campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau, símbolo del Holocausto. Sin embargo, según la información que se conserva en los archivos del FSB, el antiguo KGB, allí mataron a más de cuatro millones, en su mayoría judíos. En Polonia y muchas ciudades del mundo recordaron la dramática jornada del 27 de enero de 1945, cuando el ejército soviético entró en los campos, y liberó a unos 7.000 prisioneros que aún quedaban con vida, en su mayoría enfermos y moribundos. Diez días antes, las SS habían evacuado a más de 60.000 prisioneros. Decenas de miles morirían durante ese éxodo forzado. La trágica fecha de enero recuerda el Día Internacional de las Víctimas del Holocausto por decisión de las Naciones Unidas. Como dijo el escritor y Premio Nobel de la Paz, Elie Wiesel, “no todas las víctimas fueron judíos. Pero todos los judíos fueron víctimas”.


El Holocausto fue un crimen contra el pueblo judío pero al perpetrarlo, se atentó contra todo el género humano. Fue el último eslabón de un proceso que comienza con prejuicios, discriminaciones, antisemitismo, racismo, y termina finalmente con la destrucción del hombre.

Sin embargo parece que la tragedia, muy difícil de sintetizar en palabras salvo para las víctimas, no fue suficiente para poner fin al viejo antisemitismo que escribió una de las peores páginas de la historia. Hoy, en pleno siglo XXI, el nuevo antisemitismo repite los viejos tópicos demonizadores contra los judíos, especialmente desde planteamientos intelectuales.

La cantidad de actos antisemitas registrados en el mundo en 2009, que fue la más importante desde hace diez años, según un informe, prueba que sesenta y cinco años después, muchas cosas no han cambiado. El antisemitismo que permitió aquel nefasto episodio histórico perviven. El reporte subraya que el año 2009 marcó un récord en la cantidad de actos antisemitas en el mundo, en especial en países como España, Venezuela, Brasil, Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, Polonia y Suecia, entre otros.

El informe considera como antisemitas tanto las acciones violentas contra judíos, como las proclamaciones que buscan deslegitimar la existencia del Estado de Israel, más allá de la crítica a sus políticas.

Este documento, es el fruto del trabajo del Centro de Investigaciones contra el Antisemitismo de la Universidad de Tel Aviv que registra los actos antisemitas en el mundo desde inicios de los años noventa. Según los autores del informe, una de las causas de este aumento del número de actos antisemitas es el resultado de la guerra que Israel realizó a fines de de 2008 e inicios de 2009 en la franja de Gaza contra el grupo terrorista Hamas. “La propaganda extremista contra Israel tras la operación 'Plomo Fundido' facilitó la fusión entre islamistas radicales y antisemitas clásicos que provocaron esta ola de antisemitismo en el mundo”, señala el estudio. Los autores llaman a la comunidad internacional a movilizarse para luchar contra la tendencia a legitimar cierta forma de antisemitismo bajo pretexto de crítica a la política israelí.

El ministro de Información y de Asuntos de la Diáspora, Yuli Edelstein, enumeró los 631 actos antisemitas en Francia entre enero y junio de 2009, de los cuales 113 fueron violentos. En el mismo periodo, su ministerio registró 609 actos antisemitas en Gran Bretaña contra 276 en 2008.

Otro informe elaborado por la Universidad alemana de Bielefeld, a petición de la Agencia Judía y el Ministerio de Asuntos de la Diáspora, precisa que el 42 por ciento de los encuestados considera que “los judíos explotan las persecuciones del pasado para sacar dinero”. Ese porcentaje asciende al 75 por ciento en España y Polonia, los dos países con mayores prejuicios contra los judíos, según el reporte.

El estudio recuerda también que hubo dos muertes relacionadas con actos de antisemitismo en Estados Unidos en 2009, uno de una estudiante universitaria en Connecticut y otro de un guarda de seguridad del Museo del Holocausto en Washington.

Para la Agencia Judía, el aumento del antisemitismo procede tanto de la derecha como de la izquierda política.

Los responsables advirtieron también de fenómenos como el de una película que circula en la actualidad, que acusa a Israel de robar órganos en el hospital de campaña levantado por su Ejército en Haití, en donde están ayudando a las víctimas del terremoto.

Por otra parte en una investigación, realizada por el popular diario polaco Gazeta Wyborcza, casi el 55 por ciento de los encuestados respondieron que, en su opinión, los judíos tienen demasiada influencia sobre lo que acontece en Polonia y en el mundo. El porcentaje es el más alto entre 10 países europeos y Estados Unidos. Según el American Jewish Committee, en ningún país esa opinión fue menor al 25 por ciento.

Un 15 por ciento de los polacos, sostiene que, aún estando ante peligro de vida, no aceptarían una donación de sangre proveniente de judíos, pero tampoco de un negro, árabe o un gitano, indica el sondeo.

El creciente antisemitismo contemporáneo, disfrazado de antisionismo es una versión contemporánea del antijudaismo milenario, con la cobertura ideológica de regímenes y líderes políticos que niegan el Holocausto, faltando así el respeto a las víctimas y a su memoria, y cuestionando el derecho a la existencia de Israel. Detrás del antisionismo hay antisemitismo.

Por eso importa que las nuevas generaciones no sean indiferentes no sólo ante la barbarie del Holocausto, sino también ante tragedias viven otros pueblos. No debemos olvidar otros genocidios y violaciones masivas de los derechos humanos. El exterminio de tres millones de camboyanos por parte del régimen comunista de Pol Pot, el genocidio que tuvo lugar en 1994 en Ruanda y Burundi, Darfur o la guerra étnica de los Balcanes, entre otros, son un trágico llamado de atención. La educación y la defensa de los valores más sagrados de la dignidad humana y la paz, debe ser hoy la prioridad de todos.

Unos 35 millones de personas perdieron la vida en Europa durante la época nazi debido al antisemitismo; 29 millones de esas personas no eran judías; este dato por sí sólo debería convencer acerca de la importancia de la lucha contra el flagelo antisemita. Empieza con los judíos, termina con todo el mundo.