sábado, 4 de diciembre de 2010

LA SEGURIDAD REGIONAL AMENAZADA

EL PRESIDENTE MEXICANO, FELIPE CALDERON, DEFENDIO SU ESTRATEGIA DE DECLARAR LA GUERRA AL NARCOTRAFICO CON EL EJÉRCITO, INICIADA AL LLEGAR A LA PRESIDENCIA DE MÉXICO HACE CUATRO AÑOS. DESDE DICIEMBRE DE 2000 SE HAN DECOMISADO 10.000 GRANADAS Y 93.000 ARMAS, EN SU MAYORIA FUSILES DE ASALTO. EL GOBIERNO REVELO QUE HAN SIDO CAPTURADOS 125 JEFES O LIDERES DE CARTELES Y MAS DE 5.100 SICARIOS, Y DECOMISARON EN CUATRO AÑOS CARGAMENTOS DE COCAINA, MARIHUANA Y HEROINA EQUIVALENTES A 50.247 MILLONES DE DOSIS CON UN VALOR DE 10.938 MILLONES DE DOLARES.

Sin embargo, la guerra no está ganada. Por el contrario, el flagelo del narcotráfico no es sólo de México, Colombia o Perú. Brasil, por ejemplo, comenzó horas atrás una ofensiva militar contra el narcotráfico en las favelas de Rio de Janeiro, para retomar el control de un territorio que estaba gobernado por las organizaciones criminales. Todo indica que la batalla será larga y violenta. Brasil anunció que aumentará el número de efectivos. Las fuerzas de seguridad continuarán en la zona de conflicto por varios meses más. Varios países limítrofes con Brasil temen que el asunto los salpique, ya que los narcos buscarán nuevos territorios y refugios.



El problema se extiende por toda la región. Latinoamérica ha demostrado ser especialmente vulnerable al surgimiento de estas organizaciones de narcoterroristas. "La región tiene fronteras porosas y numerosos mercados ilegales, y está plagada de armas, todos factores que favorecen el crimen organizado. La corrupción es endémica y las instituciones estatales son débiles. La pobreza generalizada y la alienación social aseguran a las organizaciones una fuente constante de reclutas jóvenes", indican estudios de expertos.



Las instituciones económicas y gubernamentales se debilitan cuando los grupos del crimen organizado se involucran en el lavado de dinero, asesinatos, tráfico de drogas, armas y personas. Las organizaciones socavan el estado de derecho al sobornar a la policía, funcionarios del gobierno y jueces. La democracia está jaqueada por las nuevas amenazas trasnacionales.



En las noticias provenientes de México es frecuente escuchar que miembros de cárteles extorsionan a empresarios a cambio de protección, secuestran a ciudadanos para pedir rescate y matan a miembros de grupos criminales rivales, así como a testigos inocentes atrapados en el fuego cruzado. Los líderes de cárteles rivales, al igual que los integrantes de las fuerzas de seguridad que se oponen a los criminales, a veces son capturados, torturados y decapitados, y luego dejados en lugares públicos acompañados de mensajes destinados a sembrar terror.



El ambiente de temor y violencia que crea el crimen organizado también disuade a inversionistas. El costo económico de la violencia supone un 3% del producto nacional bruto de México, calculó Bulltick Capital, una firma de servicios financieros que se especializa en Latinoamérica, en un informe de la agencia Bloomberg. "Las compañías en México observan que la seguridad es un problema y que los planes de expansión están paralizados", sostuvo José Arturo Tobías, especialista en inversiones de la empresa Bulltick Capital. La violencia causada por el crimen organizado es ahora la amenaza principal para las empresas que deseen establecerse en México, sostienen diplomáticos acreditados en esa país.



Para el novelista e historiador español Arturo Pérez-Reverte, "el narcotráfico ahora ya no es lo mismo. Ahora es como a la colombiana en los malos tiempos de Pablo Escobar, esa guerra sucia en la cual no hay respeto ni por niños, ni por mujeres, ni hay códigos, ni normas", sostuvo.



Los problemas no pueden ser vistos como ajemos porque hoy se extienden más allá de las fronteras nacionales, coinciden los especialistas. A medida que la guerra contra las drogas en México ejerce más presión sobre las rutas y los métodos de transporte de los cárteles, estos buscan arraigarse más firmemente en los países centroamericanos donde la actividad generalizada de pandillas, los niveles elevados de corrupción y sistemas de seguridad inadecuados crean un ambiente ideal para su éxito.



Las maras de Honduras, por citar sólo uno de los casos, están negociando directamente con los cárteles de la droga de Colombia y México para controlar los grupos de narcotráfico que operan en ese país. La MS-13 y la M-18 aglutinan a unos 70.000 jóvenes, entre líderes, miembros activos y simpatizantes, por lo que representan un ejército atractivo para los cárteles.



"Las amenazas trasnacionales obligan a los Estados a trabajar juntos", expresó el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon. "Nos afectan a todos, ya sea como países de suministro, tráfico o demanda. Por lo tanto, tenemos la responsabilidad compartida de actuar... La prevención del crimen y la prevención de conflictos son lo mismo: juntas crean sociedades más seguras y saludables".



El futuro de la democracia en el hemisferio occidental y su seguridad están profundamente y estrechamente entrelazados.



"Al trabajar juntos, creamos un mejor futuro a través de nuestros esfuerzos unidos contra el crimen organizado, y creamos sociedades donde nuestros ciudadanos puedan vivir en comunidades más seguras y ser gobernados con los más altos niveles de integridad y respeto por el estado de derecho", indican los expertos.



Sin importar el papel que juegue un país particular en relación al peligro del narcoterrorismo, una amenaza a la seguridad de cualquier país a menudo se convierte en una amenaza a la seguridad regional.