sábado, 24 de abril de 2010

México se puede convertir en un narcoestado

El destacado historiador y escritor mexicano, Enrique Krauze, ha lanzado una alerta: hay un peligro inminente de México se convierta en un narcoestado. El Ejército mexicano, con decenas de miles de soldados, libra una dura batalla contra los carteles de la droga, y el tema es prioritario para el gobierno del presidente Felipe Calderón.


“Ya hay síntomas en algunos estados. Hay muchos municipios que están claramente bajo control de los narcotraficantes, lo cual es aterrador porque matan a los periodistas y lo corrompen todo. Existe el riesgo de que México se convierta en un narcoestado, pero aún es un peligro embrionario”, sostuvo Krauze en varios artículos publicados en la prensa europea.

Lázaro Cárdenas, ex gobernador de Michoacán, reconoció también en una reunión internacional sobre el tema que “en México los cárteles de la droga ya tienen interés de participar en elecciones en municipios y los estados”.

Krauze calificó como “necesaria” la guerra contra el narcotráfico emprendida por el presidente Calderón. Para el historiador, “a pesar de las bajas”, los resultados de la lucha iniciada por Calderón el 12 de diciembre de 2006 “son los mejores de la historia del combate al narcotráfico”.

El Director Ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Antonio María Costa, reconoció que el gobierno mexicano no tiene otra alternativa que enfrentarse con todas las armas del Estado a los poderosos cárteles de la droga. “Es muy grave lo que está pasando en México. El Gobierno me lo explicó y yo estoy de acuerdo con la opinión de ellos, que no hay alternativa” más que hacer frente al crimen organizado con firmeza, señaló en declaraciones recogidas por la prensa mexicana.

Un informe confidencial del Senado mexicano revela que la ola de violencia que vive ese país ha dejado decenas de miles de muertos desde que el presidente Calderón asumió el poder en diciembre de 2006.

En lo que se refiere al número de muertes por estados, en primer lugar se sitúa Chihuahua, seguido de Sinaloa, Guerrero, Baja California y Michoacán, según el informe, que citan a Ciudad Juárez como la urbe más violenta del país, seguida de Culiacán y Tijuana. En todos ellos están asentadas poderosas bandas dedicadas al narcoterrorismo.

Calderón estableció como objetivo de su gobierno combatir al crimen organizado, principalmente el narcotráfico, para lo cual se ha apoyado en el Ejército con el envío de 45.000 soldados y 20.000 agentes federales a las zonas de conflicto.

El argumento de las autoridades para aplicar esa medida es que la policía municipal y estatal -en menor porcentaje la federal-, fueron corrompidas por los narcotraficantes, lo que obstaculizaba la lucha contra esos grupos mafiosos, que ya usan el terrorismo como forma de consolidarse ante el temor de la sociedad.

La Policía Federal se ha fortalecido durante la administración de Calderón al pasar de casi 13.000 agentes en 2006 a poco más de 32.000 en 2009.

“Cuando las instituciones están atacadas por la criminalidad organizada, hay que responder”, sostiene Costa, quien desde 2002 es director ejecutivo de la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito.

Costa considera que el actual es un “momento de transición” y señala que el Gobierno mexicano ha tomado en los últimos años “medidas importantes” como “la utilización del Ejército” contra los criminales, después hacer un diagnóstico de que había un “alto nivel de corrupción” en las policías del país.

Según Costa, el empleo del Ejército en contra de las organizaciones criminales trasnacionales “es una decisión estratégica que se ha utilizado en otros países del mundo” y que es válida para tener el control efectivo del territorio.

El experto de de la ONU dijo que su país, Italia, sufrió una ola de violencia en los años ochenta y noventa generada por la mafia que costó la vida a jueces, ministros, alcaldes y policías, a la que entonces el Estado respondió por la vía militar.

Costa, también destaca los resultados que el gobierno del presidente de Colombia, Álvaro Uribe, ha logrado en los últimos años, pues “hay más seguridad en el país, una bajada de los secuestros de personas, de homicidios, y una fuerte caída de los cultivos”.

“En el 2000 los cultivos eran de 160.000 hectáreas. Ahora son 78.000. Eso significa una reducción del 50%, importante”, afirma el funcionario de la ONU.

“El gobierno del presidente Uribe no sólo logro propinar grandes golpes a la guerrilla de las FARC y al narcotráfico, sino devolvió la confianza, y más importante, cambio la percepción que la comunidad internacional tenía de Colombia”, sostienen los expertos. El gobernador del estado colombiano de Nariño, el ex jefe guerrillero del M-19 Antonio Navarro Wolff, aseguró en una reciente conferencia internacional que la experiencia dice que no se puede evitar la confrontación “aún con los costos que ello tiene para tratar de evitar que algunos lugares se conviertan en narcodemocracias”.

En tres años de la guerra que el presidente Calderón lleva adelante contra el narcoterrorismo en México, han sido capturados más de 70.000 narcos, principalmente de los carteles del Golfo, Sinaloa y Los Zetas. En México hay al menos siete grandes grupos de narcotraficantes. Además de los primeros tres están La Familia Michoacana, el cartel de Juárez, el de los hermanos Beltrán Leyva, y los hermanos Arellano Félix.

“México tiene grandes retos en la materia, pero ya empezó a demostrar que no le tiene miedo a los retos. El germen de este flagelo no es sólo la pobreza ni el subdesarrollo, sino la debilidad del Estado y su ineficacia para aplicar la ley. La colombianización de México sería una verdadera tragedia”, afirman expertos.