El viejo principio “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, se ajusta con exactitud a la estrategia política que lleva adelante el régimen teocrático de Irán. Desde 2005 el gobierno de los ayatolas viene desplazando su interés hacia América Latina. Estas relaciones se han tornado casi carnales con algunos presidentes de América Latina que mantienen notorias divergencias con el gobierno de Washington. Los vínculos se traducen en negocios y encendidas declaraciones políticas que tienen como blanco a Israel al que reiteradamente Teherán amenaza con borrar de la faz de la tierra y su aliado Estados Unidos. Esta estrategia política y económica del régimen islámico chiíta, con su presidente Mahmud Ahmadineyad al frente, viene acompañada con nuevas armas. Teherán se ha propuesto ampliar más su red de intereses y su influencia en América Latina y planea lanzar un canal internacional de televisión en español antes de fines de 2011.
HispanTV se emitirá desde Teherán, con objetivo de hacer oír sus consignas islamistas en España y toda América Latina, durante las 24 horas. Se afirma que esta nueva cadena “tendrá un papel fundamental a la hora de reflejar la legitimación ideológica de nuestro sistema en el mundo”, lo que ya anticipa la labor real que jugará este nuevo canal, que viene a ser una división en español de la cadena Press TV, cadena iraní de información en inglés que emite para todo el mundo. La misión del canal, afirma uno de sus voceros, será “fomentar el acercamiento entre los pueblos de Irán, el hispanoamericano y los de Medio Oriente, con una plataforma informativa a la cual puedan recurrir para divulgar sus puntos de vista, los que muchas veces se encuentran con una infranqueable muralla que evita el servicio público y favorece el fortalecimiento de sectores que anteponen el factor comercial sobre el social”. Y añadió: “Esto impide mostrar las realidades que se viven en las zonas geográficas de nuestro interés, considerando además la necesidad de crear una mayor cercanía entre todos los pueblos de América Latina”, afirmó el periodista chileno y director de prensa de HispanTV, Marcelo Arismendi, al diario La Nación. HispanTV ya firmó un acuerdo de cooperación con Telesur, un canal latinoamericano financiado por el gobierno de Venezuela y copatrocinado por otros países de la región. La nueva cadena iraní ya contrató a periodistas latinoamericanos y encargó programación enlatada a varias productoras. En Irán la recepción de canales de otros países no está permitida y se ha convertido en un arma ideológica que se encuentra bajo el control directo del ayatola Alí Jamenei, y, entre sus varias funciones, también sirve para interferir a los canales de la BBC de Londres y The Voice of America en sus versiones en farsí. La nueva herramienta ideológica del régimen islámico nace en un momento particular en el largo diferendo que mantiene Teherán con Occidente. Según el informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, dependiente de la ONU, el programa iraní ha avanzado y se encuentra en la antesala de fabricar armas nucleares. Ahmadinejad ha multiplicado las existencias de uranio y ahora está mucho más cerca de disponer de sus primeras bombas atómicas para uso mlitar. Ante estos anuncios y un eventual conflicto bélico, el régimen iraní necesita más que nunca negocios que le reporten financiación y aliados ante las sanciones y el aislamiento. La nueva cadena en español tendrá un papel fundamental en esta estrategia a la hora de reflejar la legitimación ideológica del cuestionado régimen islámico de los ayatolas. Así lo reconoció, sin rodeos, el jerarca iraní Ezatollah Zarqami.
HispanTV se emitirá desde Teherán, con objetivo de hacer oír sus consignas islamistas en España y toda América Latina, durante las 24 horas. Se afirma que esta nueva cadena “tendrá un papel fundamental a la hora de reflejar la legitimación ideológica de nuestro sistema en el mundo”, lo que ya anticipa la labor real que jugará este nuevo canal, que viene a ser una división en español de la cadena Press TV, cadena iraní de información en inglés que emite para todo el mundo. La misión del canal, afirma uno de sus voceros, será “fomentar el acercamiento entre los pueblos de Irán, el hispanoamericano y los de Medio Oriente, con una plataforma informativa a la cual puedan recurrir para divulgar sus puntos de vista, los que muchas veces se encuentran con una infranqueable muralla que evita el servicio público y favorece el fortalecimiento de sectores que anteponen el factor comercial sobre el social”. Y añadió: “Esto impide mostrar las realidades que se viven en las zonas geográficas de nuestro interés, considerando además la necesidad de crear una mayor cercanía entre todos los pueblos de América Latina”, afirmó el periodista chileno y director de prensa de HispanTV, Marcelo Arismendi, al diario La Nación. HispanTV ya firmó un acuerdo de cooperación con Telesur, un canal latinoamericano financiado por el gobierno de Venezuela y copatrocinado por otros países de la región. La nueva cadena iraní ya contrató a periodistas latinoamericanos y encargó programación enlatada a varias productoras. En Irán la recepción de canales de otros países no está permitida y se ha convertido en un arma ideológica que se encuentra bajo el control directo del ayatola Alí Jamenei, y, entre sus varias funciones, también sirve para interferir a los canales de la BBC de Londres y The Voice of America en sus versiones en farsí. La nueva herramienta ideológica del régimen islámico nace en un momento particular en el largo diferendo que mantiene Teherán con Occidente. Según el informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, dependiente de la ONU, el programa iraní ha avanzado y se encuentra en la antesala de fabricar armas nucleares. Ahmadinejad ha multiplicado las existencias de uranio y ahora está mucho más cerca de disponer de sus primeras bombas atómicas para uso mlitar. Ante estos anuncios y un eventual conflicto bélico, el régimen iraní necesita más que nunca negocios que le reporten financiación y aliados ante las sanciones y el aislamiento. La nueva cadena en español tendrá un papel fundamental en esta estrategia a la hora de reflejar la legitimación ideológica del cuestionado régimen islámico de los ayatolas. Así lo reconoció, sin rodeos, el jerarca iraní Ezatollah Zarqami.
