sábado, 13 de noviembre de 2010

EN IRAN, SER MUJER ES PELIGROSO

LA CARRERA NUCLEAR DEL RÉGIMEN IRANI Y SU CRECIENTE PRESENCIA EN AMÉRICA LATINA DE LA MANO DE VARIOS PRESIDENTES, DEJA EN MUCHAS OCASIONES OTROS TEMAS EN SEGUNDO PLANO. IRAN, ENEMIGO ESTRATÉGICO DEL ESTADO DE ISRAEL, AL AFIRMAR QUE QUIERE BORRAR DEL MAPA AL ESTADO JUDIO, MIENTRAS AYUDA, SUMINISTRA, CAPACITA Y FINANCIA ORGANIZACIONES TERRORISTAS COMO HEZBOLA, HAMAS Y LA JIJAD ISLAMICA, ENTRE OTRAS, ESTA HOY EN LA AGENDA INFORMATIVA POR LA VIOLACION DE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES, UNA CONSTANTE EN EL GOBIERNO DE LOS AYATOLAS, DENUNCIA AMNISTIA INTERNACIONAL.

La constante expansión iraní en América Latina y su alianza con varios gobiernos de izquierda basada en la retórica antiestadounidense y en el enunciado de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo, no debe soslayar ni ocultar lo que le sucede a la mujeres iraníes.



Sakineh Mohammadi Ashtiani, madre de dos hijos, está presa desde 2005. En mayo de 2006 fue condenada a recibir 99 latigazos por mantener una "relación ilícita" con dos hombres. Con posterioridad, fue declarada culpable de tener una "relación extramatrimonial" y condenada a morir por lapidación.



El examen de la acusación de asesinato que pesa sobre Sakineh



Mohammadi Ashtiani prima sobre la de adulterios por la que la iraní está condenada a morir lapidada y la justicia necesitará más tiempo para reexaminar el caso, según afirmó el fiscal general de Teherán.



"Dos acusaciones y condenas pesan sobre Sakineh Mohammadi Ashtiani, sin duda alguna la acusación de asesinato pasa por delante de las otras acusaciones y la justicia puso en el orden del día primero ésta", declaró Gholamhossein Mohseni Ejeie, citado por la noche por la agencia oficial Irna. "El enunciado de una pena definitiva requiere más tiempo e investigaciones", añadió.



La primera sentencia por asesinato fue conmutada en apelación por una pena de diez años de cárcel. Pero el Tribunal Supremo confirmó la condena a la lapidación en 2007. Sin embargo, la justicia suspendió en julio pasado la ejecución de esta pena y afirmó que el examen del expediente aún estaba en curso.



Durante los últimos meses, se lanzó una vasta campaña internacional contra la eventual lapidación de Mohammadi Ashtiani.



El activista de los derechos humanos iraní Mohammad Mostafaei, abogado de Sakineh Mohammadi Ashtiani, fue condenado también en su país a seis años de reclusión y al exilio, reveló la oposición iraní.



El abogado fue condenado a cinco años por un Tribunal Revolucionario por "atentado a la seguridad nacional", tras haber dado algunas entrevistas a medios extranjeros sobre el caso Sakineh, y a un año más por "propaganda contra el régimen". El abogado señala en el exilio que en algunas partes de Irán, como en la provincia de Azerbaiyán Oriental, cuya capital es Tabriz, los jueces islámicos son especialmente intolerantes. "Son criminales", sentencia. Añade que quienes más sufren ese radicalismo son "las mujeres ignorantes y pobres", pero rechaza que sea porque la sociedad sea hipócrita. "Para condenar por adulterio, lo que conlleva lapidación, se necesita el testimonio de cuatro testigos y la gente educada tiene astucia y recursos para esquivar el proceso", señala en una entrevista con el diario español El País.



La ejecución por lapidación es un castigo especialmente cruel que Irán aplica a acusados de cometer adulterio, desoyendo así a Naciones Unidas, según la cual tratar el adulterio como delito es contrario a las normas internacionales. La lapidación está específicamente concebida para aumentar el sufrimiento de la víctima, pues para llevarla a cabo se escogen piedras lo suficientemente grandes como para causar dolor pero no tanto como para matar a la víctima enseguida.



A finales de 2008 se reanudaron las lapidaciones en Irán. Con frecuencia no se informa a los condenados a muerte del momento previsto para su ejecución hasta el último minuto, lo que agrava su sufrimiento y el de sus familiares. En ocasiones tampoco se informa a los abogados con 48 horas de antelación como exige la legislación iraní.



Según la información de la que dispone Amnistía Internacional, en Irán hay al menos ocho mujeres y tres hombres que corren el peligro de ser ejecutadas de este modo.



En el camino hacia la abolición total de la pena de muerte, las autoridades iraníes deben promulgar una ley que prohíba inequívocamente la lapidación como pena judicial. Además deben destipificar como delito las relaciones sexuales consentidas entre adultos, sostiene la organización defensora de los derechos humanos. Irán sigue teniendo uno de los índices de ejecución más altos del mundo. En 2009 fueron ejecutadas más de 388 personas, al menos 14 de ellas públicamente y al menos una mediante lapidación. Cinco de estas personas ejecutadas lo fueron por delitos cometidos cuando tenían menos de 18 años. Al menos 8 mujeres y 3 hombres siguen actualmente en riesgo de ser lapidados en cualquier momento, y más de 135 jóvenes podrían ser ejecutados por delitos supuestamente cometidos siendo menores de edad. Ser mujer en Irán en pleno siglo XXI, es peligroso. Los aliados del régimen teocrático de los ayatolás en América Latina deberían pronunciarse, sin vacilaciones, contra las lapidaciones.