sábado, 5 de febrero de 2011

México permeado por la narcopolítica

El narcotráfico consiguió penetrar la política y los cuerpos de seguridad mexicanos, sostuvo el ex presidente colombiano César Gaviria en una reunión con legisladores de México. “A mí me da pena con los mexicanos, pero yo tengo la más absoluta seguridad de que el narco se está metiendo en toda la política, de la misma manera que lo hizo con las autoridades de seguridad”, principalmente las policías locales, sostuvo Gaviria en una reunión con diputados del Estado de México.




El también ex secretario general de la OEA, cuyas declaraciones fueron reproducidas por medios de comunicación locales, añadió que es un acto de “escapismo” el que los mexicanos se nieguen a aceptar que el crimen organizado también ha conseguido penetrar los círculos políticos.

Gaviria, que durante su gobierno enfrentó uno de los momentos más críticos en la lucha contra el narcotráfico en Colombia, entre ellos la detención y muerte de Pablo Escobar en un operativo militar, recomendó a la justicia mexicana actuar con firmeza. La justicia no debe tener “temor de meter a la cárcel a todos el que de alguna manera tenga vínculos con los narcotraficantes, esto es absolutamente esencial y es una de las cosas importantes que ha pasado en Colombia”, aseguró. “En Colombia meten a la cárcel a los gobernadores y a los parlamentarios, y a todo el que de alguna manera haya colaborado con esas personas o les haya aceptado plata o les haya aceptado apoyo electoral, esta sociedad tiene que ser consciente de que ese problema está mucho más expandido en todos los sectores de la sociedad que en la simple policía, no se sorprendan de que esté metido en la política en el estado de Guerrero, debe estar metido en la política a lo ancho de todo el país”, sostuvo el ex presidente colombiano.

El diputado federal por el PAN, Manuel Clouthier Carrillo, coincide también que los narcopolíticos son el problema más serio para la democracia en México. “El narcotráfico en este país se ha convertido en una cosa tan monstruosa que ha corrompido a los gobiernos locales”, denunció.

“Eso significa que el peligro más serio para nuestra débil, incipiente democracia, son los narcopolíticos, y eso es, precisamente lo que está sucediendo en Sinaloa donde yo vivo”, manifestó.

La violencia sin precedente generada por organizaciones de narcotráfico en México, la cual ahora exhibe una brutalidad creciente, ha llevado a algunos a caracterizarla de terrorismo doméstico y a otros a comparar a los cárteles como algo similar a insurgentes no ideológicos que intentan infiltrar el Estado mexicano.

El presidente Felipe Calderón ha tenido éxitos en el combate contra los siete cárteles principales del país, pero éstos han detonado pugnas internas de sucesión y violencia contra las autoridades, por lo que el carácter de esa violencia ha cambiado recientemente, sobre todo por su intensidad y brutalidad.

Según las investigaciones que se realizado en 2010, un número alarmante de funcionarios públicos mexicanos han sido asesinados, incluidos 12 alcaldes y el candidato a una gobernación. Masacres de jóvenes y de migrantes, así como de periodistas, el uso de tortura, el fenómeno de coches-bomba, indican un cambio en el tipo de violencia y ha llevado a que algunos analistas sugieran que los cárteles mexicanos ya están operando como terroristas domésticos, mientras muchos expertos piensan que podrían ser similares a insurgentes intentando infiltrar al Estado mexicano, al penetrar el gobierno y la policía.

La preocupación por la creciente crisis de seguridad y estabilidad en México, ha llegado a tal nivel que algunos analistas consideran que el gobierno ha perdido control en varias partes del país.

Los cárteles mexicanos, explican expertos, no tienen una ideología. Buscan en forma despiadada ganancias, pero su corrupción e intimidación han desafiado al monopolio del Estado sobre el uso de la fuerza y el régimen de ley. El sistema policiaco y judicial mexicano, minado por la corrupción, no está actualmente equipado para combatir a las organizaciones de drogas, y señala que aunque cada vez hay más arrestos de narcotraficantes, sólo entre uno y dos por ciento de ellos son enjuiciados y condenados penalmente.

Los cárteles están teniendo un efecto desmoralizador y deslegitimador profundo sobre los gobiernos locales, estatales y federales en México. Podría llevar años construir instituciones más fuertes antes de que la violencia sea marcadamente reducida, pronostican los expertos. Advierten que si se continúa con los actuales poco efectivos ataques y fiscalización, la violencia continuará, y sin una solución de corto plazo podría haber presión pública para regresar a las políticas corruptas que funcionaron en el pasado.

El narcotráfico en México se ha convertido no solamente en un problema de seguridad pública, sino en una amenaza a la seguridad nacional. “Ha crecido tan enormemente que se ha convertido en una cosa monstruosa y ha corrompido a los gobiernos locales para establecer lo que yo llamo la narcopolítica. Yo demando, como ciudadano y como Diputado Federal, que el Gobierno en México actúe seriamente contra los cárteles y contra los narcopolíticos en Sinaloa. Y ese también es el grito desesperado de la gente de Sinaloa”, indicó el legislador.

El combate al narcotráfico ya no es un problema de drogas, sino de seguridad del Estado.