sábado, 26 de junio de 2010

Irán alejó a Brasil del Consejo de ONU

Brasil renunció a seguir mediando en el tema nuclear iraní, tras el rechazo de las grandes potencias al acuerdo de canje que firmó con Irán y Turquía, y la imposición de nuevas sanciones al régimen de los ayatolás en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. La estrategia del gobierno del presidente Lula da Silva que fue catalogada en principio como una victoria, se convirtió en una derrota para la potencia emergente que pretende ser un actor relevante en la política internacional. El objetivo diplomático prioritario -lograr un asiento permanente en el Consejo de Seguridad- al término de ocho años de esfuerzos, es menos viable que nunca.
Brasil y Turquía alcanzaron el pasado 17 de mayo un acuerdo con Irán en el que este país se comprometía a canjear en territorio turco 1.200 kilos de uranio débilmente enriquecido (a 3,5%) por 120 kilos de combustible enriquecido a 20%, para alimentar su reactor de investigaciones médicas de Teherán. Sin embargo la comunidad internacional que sospecha que la revolución islámica quiere fabricar la bomba atómica, bajo el ropaje de desarrollo nuclear pacífico, criticaron desde el primer momento este pacto, y sancionaron al régimen teocrático.

Brasilia y Ankara rechazaron las sanciones contra Irán, propuestas y aprobadas en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el 9 de junio, en una votación en la cual Líbano se abstuvo. “Después de haber votado contra las sanciones (Brasil y Turquía) no son neutros y su posibilidad de mediar quedó afectada”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Celso Amorim, al diario Financial Times.

Este nuevo tropiezo se suma a otros, entre ellos la decidida intervención, también fallida, para la restitución del ex presidente Manuel Zelaya en Honduras.

Las afirmaciones del canciller brasileño se conocieron luego que trascendiera que las posibilidades de que Brasil ocupe un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas retrocedieron, mientras se fortalecieron las de México, según afirmaron fuentes diplomáticas al diario Estado de Sao Paulo.

Según un sondeo realizado por el diario brasileño en el Consejo de Seguridad, los mexicanos se beneficiaron con la posición brasileña contraria a los intereses de Estados Unidos y sus aliados. El gobierno brasileño estableció como una de las metas de su política externa conquistar un lugar permanente en el Consejo, pero sus fallidas estrategias lo han debilitado. Brasil y México son miembros rotativos del Consejo y ambos aspiran a un sillón fijo.

“Medio Oriente no tiene nada que ver con Brasil, ellos no conocen bien el tema” dijo un diplomático francés, mientras que diplomáticos rusos manifestaron que están “incómodos con las pretensiones brasileñas” en Medio Oriente, según reveló la publicación brasileña.

La apuesta de Lula de utilizar la crisis iraní y consolidar su estratégica política exterior quedó golpeada. “Yo realmente no veo a Brasil y Turquía en una posición como para actuar como mediadores”, sostuvo el ministro de Exteriores. Atrás quedaban las afirmaciones del presidente Lula que calificaban como un “triunfo” el pacto nuclear de Brasil y Turquía con Irán, y los aplausos del venezolano Hugo Chávez y los países del ALBA.

“El tamaño de una economía (Japón) o de una demografía (India) no otorga ipso facto el estatuto de actor mundial. Más bien es la toma de partido, los valores impulsados y la eficacia a escala regional lo que, en su conjunto, pueden (o no) convertirse en una catapulta al estrellato internacional”, sostiene el ex canciller mexicano Jorge Castañeda.

Brasil limita con nueve países y todos ellos sufren serios conflictos internos o con sus vecinos. Pero Lula en ese pantano no ha querido incursionar, recuerda el intelectual mexicano.

Pero si la carrera nuclear de Irán perjudicó la estrategia de Brasil. Siria, otro cuestionado actor en el Medio Oriente y un fiel aliado de Teherán, también marcará negativamente al gobierno brasileño. El gobierno del presidente sirio, Bashar al-Assad, figura junto con Irán y otros países, en la lista del Departamento de Estado de Estados Unidos de países que apoyan el terrorismo. En busca de apoyo y reconocimiento internacional, el presidente al-Asad inicia este fin de semana una gira inédita por América Latina, donde tiene previsto estrechar los lazos con Venezuela, Cuba, Brasil y Argentina. “Las relaciones bilaterales y los acontecimientos en Oriente Medio y América Latina” dominarán las discusiones, señaló en Damasco la agencia oficial Sana.

De aquí en adelante, lo más probable es que las grandes potencias sean mucho más cautas a la hora de apoyar las aspiraciones de liderazgo internacional de Brasil.

Brasil cree que su país debe tener un papel principal en el mundo, que debe participar activamente en la elaboración de la agenda global, dando forma a los acuerdos internacionales y solucionando los problemas comunes del mundo. Esta percepción de sí mismo ha llevado al Brasil a una política exterior muy ambiciosa, explica Peter Hakim, presidente de Diálogo Interamericano y Consejero Editorial de América Economía. No basta con las ganas para ser una potencia mundial y menos para ocupar un asiente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

lunes, 21 de junio de 2010

La propaganda no borra la historia

Hubo un tiempo en que las guerras o conflictos se ganaban o perdían en los campos de batalla. Sin embargo hoy un triunfo mediático es tan importante como la más sofisticada de las armas y ayuda a ganar una batalla, pero no puede borrar la historia.


El envío de flotillas a la Franja de Gaza por parte de militantes pro palestinos tiene que ver también con esas guerras mediáticas. Israel lo sabe, aunque reconoce que cometió errores en el operativo para detener a los activistas. Generaciones de israelíes han tenido que hacer frente, desde su nacimiento como Estado hace 62 años, a campañas de todo tipo que van desde la agresión militar hasta el terrorismo indiscriminado, pasando por la amenaza de un Irán con armas nucleares, y todas con una buena porción de antisemitismo.

¿Cuál era la situación antes del incidente entre las fuerzas de defensa de Israel y los activistas de la flotilla que iba a Gaza? ¿Qué buscaban los aliados del grupo terrorista Hamas con el envío de la flotilla?

Israel abandonó la Franja de Gaza en el año 2005 y ningún israelí quedó allí. Luego de un virtual golpe de Estado contra la Autoridad Palestina, el grupo terrorista islámico Hamas se hizo con el poder a mediados de 2007. Desde entonces los grupos armados islamistas han disparado más de 10.000 cohetes y otros proyectiles contra los ciudadanos del vecino Israel, lo que llevó a ofensiva del Ejército israelí en la Franja entre diciembre de 2008 y enero de 2009. Posteriormente y ante la reiteración de los ataques de Hamas y otros grupos armados el gobierno israelí decidió blindar su frontera como forma de defender a los ciudadanos del sur, al igual que lo hizo el gobierno de Egipto.

La situación, más allá de esporádicos ataques terroristas y la repuesta israelí, estaba estancada, in cambiada. Obviamente la mejor manera de llamar la atención era una operación mediática y propagandística. La flotilla era parte de la jugada de los sectores fundamentalistas y sus defensores que controlan a sangre y fuego Gaza.

Lo que olvidaron los integrantes de la llamada “flotilla de la libertad”, es que la ayuda humanitaria era para un grupo que precisamente nada tiene que ver con el humanismo, la libertad y la democracia. ¿Qué piensa Hamas? El 18 de agosto de 1988 Hamas hizo público un extenso manifiesto de su acción político-militar, cuyo eje central es la aniquilación del Estado de Israel. En 36 artículos, promueven como principal objetivo la destrucción del Estado judío a través del Jihad (la guerra santa islámica). En el preámbulo del documento rector afirma: “Israel (...) continuará existiendo hasta que el Islam lo destruya, de la misma manera que ha destruido a otros en el pasado”. Hamas rechazó siempre un acuerdo de paz con sus vecinos israelíes. “Las iniciativas, y las llamadas soluciones pacificas y conferencias internacionales contradicen los principios del Movimiento de Resistencia Islámica... Estas conferencias no son más que un medio para designar infieles como árbitros en las tierras del Islam... No existe ninguna solución al problema palestino sino por medio del Jihad. Las iniciativas, las propuestas y las conferencias internacionales no son sino una pérdida de tiempo, un ejercicio inútil”, según el artículo 13 de su carta de principios.

El movimiento fundamentalista también condena al tratado de paz entre Israel y Egipto, según el artículo 32. “Egipto fue, en gran medida, apartada del ámbito de la lucha debido al traidor Acuerdo de Camp David. Los sionistas intentan conducir a otros países árabes a acuerdos similares con el objeto de alejarlos de la lucha... Abandonar la lucha contra el sionismo es una alta traición, y despreciado será quien perpetre un acto igual”.

La carta del grupo terrorista también instiga al antisemitismo. “El Día del Juicio no llegara hasta que los musulmanes no luchen contra los judíos y den su muerte...”, dice el artículo 7.

“Los enemigos... estuvieron por detrás de la Revolución Francesa, de la Revolución Comunista y de casi todas las revoluciones de las que hemos escuchado... Formaron organizaciones secretas -tales como la masónica, los clubes Rotary y de Leones- que se expandieron en todo el mundo con el objeto de destruir sociedades y llevar a cabo los intereses sionistas... Ellos estuvieron por detrás de la Primera Guerra Mundial... y formaron la Liga de las Naciones a través de la cual pueden controlar el mundo. Estuvieron detrás de la Segunda Guerra Mundial y por medio de la misma lograron grandes ganancias financieras... No hay guerra en la que no se encuentren puestos sus dedos”, sostiene Hamas en el artículo 22.

“La trama sionista no tiene fin, y luego de Palestina, aspirarán a expandirse desde el Nilo hasta el río Eufrates. Cuando hayan terminado de apropiarse de la zona en la que pusieron sus manos, seguirán adelante para seguir su expansión...”, indica el artículo 32. Agrega que “el Hamas se considera a sí mismo como la delantera y vanguardia en la lucha contra el sionismo mundial... Los grupos islámicos en todo el mundo árabe deben hacer lo mismo, puesto que son los mejor preparados para su futuro rol en la lucha contra los judíos”.

Los militantes pro palestinos de la llamada “flotilla de la libertad” y sus defensores se olvidaron de lo esencial, el belicista pensamiento del grupo islámico, o por el contrario comparten la filosofía de ese movimiento terrorista. La ayuda era para un régimen que llegó al poder mediante un golpe de Estado y que quiere aniquilar al país vecino. Entiendo que quieran borrar del mapa a Israel, pero no pretendan que los israelíes cooperan para lograr ese objetivo.

Los golpes mediáticos importan mucho, pero al grupo terrorista Hamas lo condena su historia y sus documentos.

viernes, 18 de junio de 2010

La narcoguerra mexicana

El fin del curso escolar y las vacaciones de verano fueron adelantados tres semanas en el estado mexicano de Nayarit, ante rumores de posibles ataques del crimen organizado. Este es sólo uno de los indicadores de la situación que vive ese país ante la ola de violencia de los carteles de narcotraficantes y el combate que lleva adelante el gobierno para controlar el territorio. “La guerra contra el narco se está agudizando y ha pasado a la cultura. Ya no es sólo el enfrentamiento entre las fuerzas policíacas y los narcos; ahora, la población discute sobre el tema en su vida diaria”, afirma el escritor Heriberto Yépez.


México ha vivido una de las semanas más violentas con más de 200 muertos en distintos estados del país. La gravedad de los hechos llevó al presidente Felipe Calderón a hablar en cadena de radio y televisión sobre la guerra que el gobierno lleva adelante contra los carteles. La lucha contra las organizaciones criminales “no es sólo la lucha del Presidente, sino de todos los mexicanos, y en particular de aquellos que tenemos la responsabilidad pública en el gobierno”, dijo el mandatario al llamar a los gobiernos estatales y municipales a asumir su responsabilidad. Calderón reconoció que recuperar la seguridad “no será tarea fácil ni rápida, pero vale la pena seguir adelante para construir un país libre y seguro” pues señaló que lo que está en riesgo es el futuro de los mexicanos. Incluso reiteró que la lucha “costará tiempo, recursos económicos y, por desgracia, también vidas humanas” pero no por ello se dejará de lado. “No es momento de bajar la guardia o claudicar. Debemos combatir sin tregua al crimen”, afirmó.

También el presidente, con su firma, bajo el título de “La lucha por la seguridad pública” dio a conocer el pasado 13 de junio algunas de sus opiniones sobre la situación que enfrente su país. Calderón describe que las organizaciones que controlaban el tráfico de drogas empezaron a luchar, “desde mediados de la década de los 90”, por el control del territorio, para vender droga en el país, y después incluso por el control de la sociedad, para extorsionar y secuestrar en México. La delincuencia dejó de ser sólo narcotráfico para ser crimen organizado. “Esto encontré al inicio de la administración”, dijo el presidente, “y fue lo que motivó fuertes y decididas intervenciones del gobierno federal contra el crimen organizado”. No fue la acción del gobierno la que provocó la violencia. “Ha sido la violencia y la delincuencia las que han motivado la acción decidida del gobierno”, explicó.

El gobierno de México inició en diciembre de 2006 el despliegue de 50.000 militares y miles de policías federales en todo el país para enfrentar a las organizaciones del crimen organizado, período durante el cual se registraron casi 23.000 muertes relacionadas con esta violencia. En los últimos 22 meses, más de 2.000 detenidos vinculados a bandas criminales fueron capturados en operaciones conjuntas entre Estados Unidos y México.

Los mexicanos comienzan a hablar del fenómeno de la paramilitarización de unos narcos que cada vez actúan con mayor impunidad en ese país. Todo vale en la lucha por el poder entre cárteles que se disputan la producción, el control y la distribución de la millonaria industria de las drogas. “La diferencia en la actualidad es que los delincuentes y las fuerzas de seguridad se están enfrentando con más frecuencia”, dijo Raúl Benítez Manaut, analista de seguridad nacional. “Los delincuentes están desafiando abiertamente al gobierno”, alertó el experto. El representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Magdy Martínez-Solimán, explicó que en los últimos años se ha observado una intención "clara y abierta" de los grupos del crimen organizado de infiltrarse en la actividad política para canalizar a través de ella sus intereses y favorecer la impunidad de sus actuaciones.

Los cárteles viven una lucha interna por el liderazgo, que se suma a la que libran entre ellos por el control del territorio. Se acabaron los cárteles independientes que respetaban territorios. Ahora las organizaciones interactúan en bloques por disputas en busca del liderazgo de sus respectivos grupos, según revelan análisis de inteligencia del gobierno mexicano. En los escalafones inferiores, los gatilleros que caen son rápidamente sustituidos por jóvenes que no tienen ninguna expectativa de futuro, y se suman a las organizaciones criminales para sobrevivir. Un informe elaborado para Naciones Unidas por la Red de los Derechos de la Infancia de México revelaba que en los últimos cinco años han muerto 900 niños en México como consecuencia de la guerra contra el narcotráfico. Tan sólo en lo que va del año se estima que 100 pequeños han perdido la vida. Pero, además, señala que “se calcula que 30.000 niños y niñas cooperan con los grupos criminales en la comisión de unos 22 tipos de delitos”. Desde el asesinato o el secuestro hasta la venta de piratería en la calle. El crimen organizado y el narcotráfico ha dejado a 10.000 niños huérfanos en Ciudad Juárez, Chihuahua, en lo que va de este año, ya que los padres y madres de estos menores han sido ejecutados o se encuentran en calidad de desaparecidos, denunció el oficialista PAN en la Cámara de Diputados.

La situación que vive México constituye el brote de violencia organizada más grave que se ha producido en el país desde la revolución mexicana hace más de un siglo. De hecho, se ha convertido en uno de los conflictos armados más significativos en el mundo.

Por ejemplo, más de 2.700 personas fueron asesinadas el año pasado en Ciudad Juárez, una cifra que supera la cantidad de bajas civiles y militares en la guerra de Afganistán durante el mismo período, de acuerdo con datos estadísticos recopilados por las Naciones Unidas y analistas privados. La narcoguerra está instalada en la sociedad mexicana.

domingo, 13 de junio de 2010

Uribe premiado en las urnas

El presidente Alvaro Uribe ha logrado en ocho años de gobierno expulsar a la guerrilla de las principales ciudades colombianas, una política de "Seguridad Democrática" que aprueba la mayoría de la ciudadanía, según indican las encuestas. El presidente deja el gobierno con una popularidad del 70%. Durante ocho años Uribe tuvo una de las mayores gobernabilidades de la historia colombiana y pudo dar respuesta a uno de los reclamos históricos de ese país: la seguridad.


El gran logro del gobierno de Uribe fue retomar el control territorial, planteado como eje de gravedad de la política. Si bien persiste la confrontación en diversas zonas del país, no es menos cierto que los grupos armados ilegales fueron obligados a replegarse a las zonas fronterizas y selváticas. El presidente Uribe llevó adelante durante su gestión un firme combate a los grupos guerrilleros y a los carteles de la droga, algo que la sociedad reclamaba desde la década del 80.

La narcoguerra se desató en Colombia con el asesinato del ministro de justicia Rodrigo Lara en 1984 y sumió al país en el caos. Los colombianos padecieron inimaginables hechos de horror y violencia. En 1985 los guerrilleros del izquierdista M-19 ocuparon el Palacio de Justicia y asesinaron a 53 personas, entre ellos, 24 magistrados, dando un golpe al Poder Judicial. En tres años fueron asesinados cuatro candidatos a la presidencia de la República. En 1989, la ofensiva narcoterrorista fue más allá. Entre agosto y diciembre de ese año explotaron 88 bombas en calles, bancos, sedes diplomáticas, oficinas públicas, hoteles, residencias, medios de prensa y centros comerciales de las principales ciudades del país. La escalada de violencia no tenía límite y el 27 de noviembre de aquél año nefasto, el cártel de Medellín causó la explosión en el aire de un avión comercial de la compañía Avianca.

A principios de la década del 90 la guerrilla controlaba el 35% del territorio del país, mientras que los grupos paramilitares superaban los 140. Unos 49 alcaldes y concejales fueron asesinados y más de 180 secuestrados, sólo en 1996. El número de desplazados por los conflictos llegó a superar el millón de personas.

En 2002 llegó a la presidencia de la República Alvaro Uribe, decidido a cambiar la trágica historia de su país. Movido por el recuerdo de su padre, asesinado por las guerrillas de las izquierdistas FARC, emprendió una lucha sin cuartel frente a los grupos beligerantes, bajo el concepto de la “Seguridad Democrática”.

En los dos periodos sucesivos de gobierno de Uribe, las fuerzas de seguridad pasaron de 220.000 a 425.000 hombres y el presupuesto de gastos militares aumentó desde 3% del PBI a 4,1%, según cifras oficiales.

Mientras, las izquierdistas FARC vieron mermar sus combatientes, que pasaron de unas 17.000 personas en 2002 a entre 7.500 y 10.000 actualmente, según estimaciones de expertos.

Los más duros golpes a las FARC le fueron propinados cuando Juan Manuel Santos, el favorito candidato presidencial del oficialismo, era ministro de la Defensa.

En marzo de 2008, en un bombardeo de un campamento en Ecuador, fue dado de baja el número dos de la guerrilla, Raúl Reyes. Pocos después, el 2 de julio de 2008, en la Operación Jaque, el Ejército rescató a 15 de los más valiosos rehenes de las FARC, entre ellos tres estadounidenses y la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada en 2002, poco antes de que Uribe ganara los comicios.

El combate al narcoterrorismo fue una de las prioridades del presidente Uribe, pero la economía no estuvo ausente de sus preocupaciones.

El PIB per cápita ha crecido a 4.3 en promedio en los últimos 8 años. Es el país de América Latina que ha crecido más en inversión total como porcentaje del PIB. La inversión extranjera se quintuplicó. La inflación se redujo. El turismo se duplicó. La deserción escolar y la pobreza se han reducido y se han fortalecido los programas sociales contra la exclusión social. El clima para hacer negocios mejoró sensiblemente pasando del puesto 83 al 37 en 2010. Se han disminuido también los cultivos ilícitos y la producción de cocaína. Y la violencia, el principal reto, también ha venido a la baja. Las narcoguerrillas han sufrido serios golpes y cada vez se encuentran menos articuladas. Los secuestros han bajado considerablemente, cuando antes era necesario salir de la ciudad en caravanas para no ser plagiado. Los homicidios comunes también han disminuido pasando de más de 28.000 en 2002 a 3.500 en 2009. Los actos de terrorismo como explosión de oleoductos y puentes o ataques a la población, también se han reducido espectacularmente: de 1.645 a 156 en lo que va del año, señala el analista mexicano Alejandro Landero.

Por todo lo que ha hecho Uribe, buscando la seguridad y la paz, no es difícil entender el favoritismo por el candidato presidencial oficialista Juan Manuel Santos para el balotaje del próximo 20 de junio. Santos, su casi seguro sucesor según los sondeos, arrasó en las 31 de las 32 provincias del país en la primera vuelta. En las provincias de mayor presencia guerrillera su triunfo fue arrollador. En Caquetá, bastión de las izquierdistas FARC, Santos obtuvo el 59,01%, frente al 17,45% de Mockus. La última encuesta, elaborada por la firma Datexco, por encargo del diario El Tiempo y la radio La W, reveló que Santos tiene el 65% de la intención de voto frente al 28% de Mockus. En el sondeo de opinión, Santos tiene un imagen favorable del 75% y desfavorable del 24%, mientras que la de Mockus es de 43% a su favor y 56,5% desfavorable.

En Colombia quedan problemas sin resolver, el narocoterrorismo no ha sido derrotado, y hay críticas para realizar. Sin embargo los colombianos, en democracia, siguen premiando con el voto la gestión y la política del saliente presidente Uribe. El favoritismo por el candidato presidencial oficialista Juan Manuel Santos lo explica.

sábado, 5 de junio de 2010

BRASIL SOBRESTIMA SU PODER

BRASIL, UNA POTENCIA EMERGENTE CON GRANDES ASPIRACIONES, INTENTA POSICIONARSE COMO UN ACTOR MUNDIAL DE RELEVANCIA E INCIDIR EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL. SIN EMBARGO, MUCHAS DE SUS DECISIONES Y ACCIONES EN POLITICA EXTERIOR NO HAN SIDO CORONADAS CON EL ÉXITO. SUS AUTOPROCLAMADAS VICTORIAS NO FUERON TALES, Y SON CUESTIONADAS DENTRO Y FUERA DEL GIGANTE SUDAMERICANO.

El gobierno del presidente Lula encabezó la cruzada para la restitución del ex presidente Manuel Zelaya en Honduras. Itamaraty dio la batalla en toda la región y en todos los organismos multilaterales, pero la potencia emergente no logró sus objetivos y no tuvo los respaldos necesarios. Zelaya no fue restituido en la Presidencia, sigue en el exilio, y el gobierno del presidente Porfirio Lobo, que resultó electo en las urnas, con el visto bueno de los observadores internacionales, comenzó a ser reconocido paulatinamente. Rápidamente y con lógico pragmatismo, el gobierno del presidente Lula bajaba el tema de los primeros lugares de su agenda, dejando atrás el embate inicial.

El ex canciller mexicano Jorge Castañeda, en una extensa entrevista en el diario O Estado de São Paulo, decía que Brasil se comportaba como un "enano" más que como un gigante diplomático al asumir batallas menores. Sus acciones tampoco se correspondían, sostuvo, con las aspiraciones de Brasil a ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Pese a ese traspié en América Latina, el Brasil de Lula sigue intentando ser parte del club de las grandes potencias y dialogar de igual a igual con sus interlocutores en la misma mesa.

Itamaraty cruzó el Atlántico y se sumergió de lleno en el conflicto del gran Medio Oriente. Brasil y Turquía firmaron un acuerdo por el cual Irán aceptaba enviar uranio levemente enriquecido a territorio turco para recibir combustible enriquecido a 20%, pero el entendimiento no fue avalado por parte importante de la comunidad internacional. Por el contrario, se anunciaba que el borrador de resolución de diez páginas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para implementar nuevas sanciones contra el régimen iraní por su carrera atómica que Lula pretendía abortar, contaría con los votos de la mayoría de los miembros permanentes con poder de veto y no permanentes de ese organismo.

Mientras que Lula e Itamaraty intentaban sacar rédito político al pacto firmado con Estambul y Teherán, la secretaria de Estado Hillary Clinton anunciaba que el gobierno de Estados Unidos había sellado un acuerdo con Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Alemania para votar e imponer las nuevas sanciones a Irán.

Las potencias mundiales consideraron que el pacto de Irán con Brasil y Turquía era otra estrategia dilatoria del régimen iraní para ganar tiempo, mientras continúa con su programa de desarrollo de armas nucleares.

"El borrador impulsado por Estados Unidos supone desautorizar en la práctica el acuerdo alcanzado el lunes 17 de mayo entre Irán, Turquía y Brasil, por el cual Ahmadinejad se comprometió a enviar 1.200 kilos de uranio enriquecido al 3,5% a Turquía, a cambio del reembolso de 120 kilos, pero enriquecidos al 20%, bajo supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA)", reconoció el ex canciller argentino Rafael Bilesa en la prensa argentina.

Erdogán y Lula pueden estar sirviendo de "idiotas útiles" al régimen de Teherán que continúa ganando tiempo y dilatando las negociaciones mientras su programa nuclear avanza sostenidamente hacia el punto de no retorno, explican analistas latinoamericanos.

Más pronto que tarde, la autoproclamada victoria de la diplomacia brasileña comenzó a toparse con la realidad. El proceso para sancionar a Teherán sigue adelante, más allá del intento por frenarlo con el pacto con Irán. El canciller brasileño, Celso Amorim, pese a justificar ante el Senado de su país la participación de Brasil en el acuerdo tripartito con Irán, afirmó que aunque Brasil no esté de acuerdo con las sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, las respetará. De acuerdo con el canciller, Teherán posee 2.427 kg de uranio, y según informaciones de inteligencia, son necesarios 2.000 kg para una bomba rudimentaria, sostuvo.

El salvavidas que le lanzó Brasil al régimen persa es sin lugar a dudas una de las jugadas más arriesgadas de la política exterior del gobierno de Lula, pero no es la única. Brasil abrió una Embajada en Corea del Norte en un contexto de alarmante conflictividad en el Paralelo 38. Lula realizó recientemente un viaje a Medio Oriente para ofrecer la mediación brasileña en el conflicto árabe-israelí, un tema ajeno y lejano para la sociedad brasileña.

No son pocos los que cuestionan las desmedidas intervenciones de la diplomacia brasileña, sobrestimando su poder diplomático y político, cuando en su vecindario quedan muchos viejos y graves conflictos políticos, militares y económicos pendientes de resolución.

Según un columnista del diario Financial Times, Paul Rathbone, la política exterior brasileña es "narcisista e inocente".

Esta política pone en peligro los esfuerzos de Brasil de ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, argumenta Rathbone, quien señala que estas actitudes convierten al país sudamericano en "un gigante político, que moralmente es un pigmeo".