domingo, 23 de agosto de 2009

La luna de miel con Obama llega a su fin

José Luis Martínez

La luna de miel del presidente estadounidense Barack Obama parece que está llegando a su fin. Preocupados por el futuro de la reforma del sistema de salud y ansiosos por el aumento del déficit fiscal, los estadounidenses están perdiendo la fe en inquilino demócrata de la sala oval de la Casa Blanca.

La confianza de los estadounidenses en el presidente, Barack Obama, se ubicó por abajo de 50 por ciento, en un período marcado por la controversia sobre el proyecto de reforma al sistema de salud, según un sondeo publicado por el Washington Post y ABC News. La oposición, y parte de su propio partido, tienen dudas sobre el impacto económico que puede tener dicho programa, sobre todo, señalan los detractores, ante el marco de crisis financiera mundial.
El principal responsable de esta espectacular caída del presidente ha sido campaña que lleva adelante el Partido Republicano y los poderosos grupos de interés que orbitan en torno a las compañías farmacéuticas y las aseguradoras, un frente que ya había prometido hacer de la iniciativa de reforma sanitaria, el talón de Aquiles de Obama. “Nunca ha sido fácil hacer que este país avance, siempre hay quienes se oponen y quienes utilizan el temor para bloquear el cambio”, sostiene Obama, quien busca extender el seguro médico a los 50 millones estadounidenses sin cobertura, de los 300 millones de habitantes, y poner tope a los poderes de la industria de la medicina en el país.
En los últimos día Obama debió bajar dejó entrever que podría rebajar el contenido de la reforma, con la finalidad de lograr el apoyo de la mayoría de los demócratas y republicanos.
Las declaraciones de Obama amenazan con desincentivar a las bases progresistas que lo llevaron al poder en noviembre pasado, entre los cuales esta el demócrata Howard Dean, ex presidente del partido y médico de profesión, quien opinan que la ausencia de un rol del Estado en el sistema de salud vaciaría de contenido la reforma
Si los demócratas deciden debilitar o retirar la “opción pública” de la reforma de la salud, los votantes progresistas se quedarían en casa en los comicios legislativos del próximo año, como ocurrió cuando el gobierno del presidente Bill Clinton fracasó con su reforma sanitaria.
En los primeros cien días de gestión, que comenzó el 20 de enero, 60 norteamericanos cada 100 pensaban que el demócrata Obama adoptaba las decisiones correctas para el país, pero ahora son 49 de cada 100, según la encuesta.Asimismo, la investigación refleja que 55 por ciento de los consultados piensan que la situación del país es mala, contra 48 por ciento de abril.En cambio, hay más optimismo respecto de la evolución de la recesión: la mitad de los encuestados espera que concluya a fin de año, cuando en febrero eran solo 28 por ciento.
El sondeo nacional fue realizado del 13 al 17 de agosto y tiene un margen de error de 3 puntos porcentuales.
Por otra parte la imagen de Obama cayó un poco más entre los norteamericanos, según una encuesta difundida este mes por el Pew Research Center.
Un 90 por ciento de los consultados por el Pew Research Center consideró que la economía estadounidense sigue estando en malas condiciones, y mientras permanecen las preocupaciones por la recesión, una mayoría dijo considerar que el gobierno y la oposición no están haciendo lo suficiente para remontar la situación que vive el país.
Los estadounidenses, dijo el Pew Research Center, están “cada vez más amargados” y una “creciente proporción de ellos”, actualmente el 63 por ciento, consideró que “el presidente y los republicanos no están trabajando juntos para enfrentar los asuntos importantes”.
Aunque los norteamericanos siguen considerado a la oposición republicana la principal culpable de esta situación (un 29 por ciento), cada vez más estadounidenses empiezan a apuntar contra el presidente.
Según el Pew Research Center, un 17 por ciento cree que la “culpa” de la actual delicada situación del país es de Obama, contra un 12 por ciento que opinaba lo mismo en junio último.
La “luna de miel” con los votantes estadounidenses también parece haber terminado para el partido demócrata, que logró un histórico triunfo en los comicios de noviembre del 2008.
La encuesta del Pew Research Center indicó que solamente un 49 por ciento de los norteamericanos tiene una opinión favorable de los demócratas, contra el 59 por ciento de abril último.
Pero no todas son malas noticias para la Casa Blanca. Un sondeo del Marist Institute for Public Opinion halló que, si se realizarán hoy nuevas elecciones, un 56 por ciento votaría por Obama y solamente un 33 por ciento por Sarah Palin, la figura más popular de los republicanos en estos momentos.
Obama incluso lograría la mayoría de los votos republicanos en una hipotética carrera frente a Palin (el 73 por ciento) y, obviamente, arrasaría entre los demócratas, con un 92 por ciento de esos votos.
Entre otros sondeos, la gestión de Obama ostenta un 51por ciento positivo y un 40 por ciento según el estudio encargado por la cadena televisiva NBC News y 52 por ciento/42 por ciento para la encuestadora Gallup.
Fox News mostró un 53 por ciento/40 por ciento y Rasmussen colocó el índice positivo de Obama por debajo del negativo, con un 49 por ciento/50 por ciento.
La encuesta del Pew Research Center consultó a 2.010 estadounidenses mayores de 18 años entre el 11 y el 17 de agosto, mientras que el estudio del Marist Poll se preparó sobre consultas a 938 estadounidenses entre el 3 y el 6 de este mes.
La célebre frase de James Carville, asesor del demócrata Bill Clinton en la exitosa campaña que en 1992 le impulsó desde su modesto sillón de gobernador de Arkansas hasta la Casa Blanca, “¡Es la economía, estúpido!”, aterriza en el debate político estadounidense y se refleja en los sondeos.