sábado, 22 de octubre de 2011

El terror se globaliza

La sociedad mexicana vive una creciente ola de violencia causada por los carteles de la droga, devenidos hoy en narcoterroristas. Los jefes de estos grupos armados que combaten contra las instituciones democráticas por el control de territorios en donde manejan multimillonarios negocios con el tráfico de drogas, también se globalizaron. Estas organizaciones delictivas, casi seguramente, influenciadas por grupos terroristas del Medio Oriente también adoptan sus mismas tácticas. Videos de sus víctimas decapitadas son reproducidos a través de Internet, así como mensajes destinados a quienes los combaten o intentan detenerlos. El mensaje a las autoridades es claro. Están dispuestos a causar el mayor terror posible si sus intereses son atacados por las fuerzas de seguridad, y el blanco es la sociedad civil en su conjunto. "Los cárteles de drogas copiaron los métodos de los terroristas internacionales para capturar la atención de los medios de comunicación al llevar a cabo actos violentos y, así como los narcos lo hicieron en Colombia, buscaban deslegitimizar la capacidad del gobierno para proteger a sus ciudadanos", afirmó Jairo Libreros, profesor y analista de Defensa y Seguridad Nacional en la Universidad Externado de Colombia. "El mensaje de estos grupos delincuenciales a las autoridades es que ellos están dispuestos a enfrentarse en una larga y cruel guerra, y que las principales víctimas no serán los miembros del cártel y sus familiares, sino la sociedad civil", expresó Libreros."Esto es parte de un plan para usar la publicidad y controlar el territorio a través del terror", comentó Arturo Arango Durán, asesor de seguridad con sede en Monterrey, a McClatchy Newspapers.
"Ya están adentrándose en el terreno de la extrema brutalidad: decapitan personas, disuelven sus cuerpos en ácido, cometen masacres en centros de de atención a drogadictos, tiran los cuerpos de las personas en cunetas", dijo Bruce Bagley, profesor de Estudios Internacionales de la Universidad de Miami, a McClatchy Newspapers.
Los cárteles de drogas mexicanos han encontrado una herramienta más en las redes sociales para sus fines. La revista Time reportó que en la sangrienta población fronteriza de Reynosa, los miembros de un cártel usaron sitios de chat de Internet para aterrorizar a los habitantes enviando mensajes que crearon pánico entre los residentes y causaron la interrupción de las actividades normales al tiempo que las amenazas se dispersaban en línea.
Uno de esos mensajes expresaba: "¡La balacera más grande en la historia de Reynosa será mañana o el domingo, envía este mensaje a la gente en la que confías, que mañana un convoy de 60 camionetas llenas de sicarios de la Familia Michoacana junto con miembros del Cártel del Golfo llegarán a tomar la ciudad y tomar a todos vivos o muertos!". Las tiendas decidieron permanecer cerradas ese día.
Los eventuales nexos entre narcos y terroristas, a la luz de la globalización y de las nuevas herramientas que acercan a las organizaciones más disímiles táctica o estratégicamente, es parte de los análisis de políticos y académicos.
El experto Vanda Felbab-Brown, del Brookings Institute, dijo a CNN que los cárteles no tienen agendas ideológicas. "Ellos no quieren ser molestados por los políticos; ellos quieren el control político y el poder, pero eso no significa que quieran derrumbar el sistema político ni mucho menos tomar el país", manifestó a CNN.
Aunque sus tácticas pueden ser similares, algunos analistas dicen que los dos grupos no pueden asimilarse porque sus ideologías son muy diferentes.
"Los coches bomba y la violencia inusual se deben al poder financiero de esos grupos", dijo el Dr. José María Ramos, encargado de asuntos de seguridad en el Northern Border College. "Es una forma de hablar entre ellos acerca de su habilidad para causar violencia. Los objetivos e intereses de las organizaciones de traficantes son muy diferentes a los de los terroristas. Sería muy difícil para ellos trabajar juntos."
Entretanto, Strategic Forecasting, compañía de inteligencia global, afirmó que el grupo terrorista islamista Hezbola, con sede en Líbano, ha incrementado sus operaciones en México, lo cual es un indicador de peligros en Latinoamérica que podrían esparcirse hacia Estados Unidos.
"Preocupan los posibles vínculos entre los cárteles de drogas y los terroristas internacionales y su uso eventual de las rutas de las drogas para introducir armas y filtrar terroristas a Estados Unidos", comentó Libreros.
La operación que puso al descubierto un presunto complot iraní contra el embajador saudí en Washington planteó la hipótesis de que carteles mexicanos puedan apoyar actos terroristas. El martes, el gobierno de Washington, al acusar a Irán de intentar un atentado contra un embajador en su territorio, señaló que el complot fue descubierto gracias a que un agente estadounidense en México se hizo pasar por miembro de un cártel interesado en perpetrar el ataque.
El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, reveló que Mansor Arbabsiar, iraní de 56 años naturalizado estadounidense, estuvo en contacto con ese agente encubierto.
Arbabsiar fue detenido el 29 de setiembre en Nueva York, tras ser regresado por el servicio de migración mexicano que no le permitió ingresar. Las autoridades estadounidenses no identificaron al cártel con el que se identificó el agente secreto estadounidense, aunque algunos medios mencionaron a Los Zetas.
En febrero, la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano, señaló que autoridades estadounidenses contemplan una eventual alianza entre grupos como la red Al Qaeda y Los Zetas, una organización creada por militares de élite mexicanos que desertaron para trabajar con el narcotráfico.
En julio el presidente Barack Obama señaló que Los Zetas son una amenaza a la seguridad internacional y los comparó con La Camorra italiana y la Yakuza japonesa.
Sin embargo, mientras que algunos expertos y altos cargos de la lucha contra el crimen organizado en Estados Unidos descartan la existencia de vínculos entre organizaciones terroristas con narcotraficantes mexicanos, para otros hay una relación. Todas estas organizaciones funcionan al margen de la ley y en algún momento, pese a tener intereses distintos, utilizan o se mueven en los mismos escenarios. Siempre hay contactos, afirman, y en eso sí coinciden todos.