TRAS LOS SEVEROS GOLPES QUE LE HA ASESTADO EL EJÉRCITO A LA ESTRUCTURA DE LAS FARC, ENTRE ELLOS EL ABATIMIENTO DE DOS DE SUS MAXIMOS JEFES "RAUL REYES" Y EL "MONO JOJOY", SUMADO A LA PÉRDIDA DE IDENTIDAD Y OBJETIVO CLARO DE LA GUERRILLA MAS ANTIGUA DE AMÉRICA LATINA, LOS INSURGENTES ESTAN CONDENADOS A SER UNA BANDA CRIMINAL MAS, DIVIDIDA EN PEQUEÑOS GRUPOS QUE ACTUAN POR SU CUENTA.
El diagnóstico fue hecho por el comandante de las Fuerzas Armadas colombianas, el almirante Edgar Cely, quien señaló que la concentración en actividades relacionadas con el narcotráfico ha fracturado seriamente la estructura de la organización guerrillera. Muestra de que su comportamiento es de una banda criminal es el hecho de que en el Pacífico estén dedicados a mantener los corredores de movilidad de la droga que sale por esa zona con destino a Estados Unidos y Europa, argumentó el jefe militar.
"El narcotráfico envenenó a las FARC; no tiene nada de raro que se conviertan en una pequeña banda de narcotraficantes buscando la salida de la coca por el Pacífico", advirtió Cely.
"Las FARC no están acabadas, pero sí bastante debilitados y por eso están actuando últimamente en grupos pequeños para tener un impacto que les permita de alguna manera mantener el régimen del terror", explicó el almirante.
El gobierno colombiano sostuvo que las nuevas bandas criminales considerados grupos sin ideología conformados por antiguos paramilitares de ultraderecha que en algunos casos se han aliado con la guerrilla de las FARC, constituyen la mayor amenaza para el país.
"Este fenómeno representa un desafío", dijo el ministro colombiano de Defensa, Rodrigo Rivera. El director de la Policía, general Oscar Naranjo, advirtió, por su parte, que esos grupos "representan la mayor amenaza a la seguridad de los colombianos".
Estas bandas operan en 152 de los 1.103 municipios del país y la lucha contra ellas es la más alta prioridad para las autoridades del gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
El ministro Rivera reveló que esas organizaciones se han aliado "al más alto nivel de mando con la guerrilla de las FARC, y que en otros casos actúan por su cuenta.
"Allí donde se sienten afectadas tienden a buscar alianzas para enfrentar la ofensiva del Estado", declaró tras considerar que estas bandas representan un "desafío mayúsculo a las fuerzas de seguridad".
"Estas bandas criminales son el resultado de una alianza diabólica entre antiguos paramilitares, gente vinculada a la criminalidad organizada al servicio del narcotráfico, antiguos guerrilleros y, duele decirlo, algunos ex militares y policías", señaló el vicepresidente Angelino Garzón, en declaraciones a la AFP.
"Tenemos conocimiento que en muchas regiones del país la guerrilla ha tratado de volver con la ayuda de las bandas criminales porque tienen un punto en común: el negocio del narcotráfico. Aquí ya se borraron las fronteras ideológicas entre los grupos armados ilegales", enfatizó Garzón, un ex dirigente sindical de izquierda.
Debido a esas alianzas, se observa un transitorio fortalecimiento de estos grupos, reconoció por su parte el ministro de Defensa, aunque consideró que podría tratarse más de "un coletazo final" en medio de la política de seguridad iniciada por el ex presidente Alvaro Uribe y que hoy lleva adelante el presidente Santos. Esa política estuvo dirigida a golpear especialmente a las FARC, la principal guerrilla del país con 46 años de lucha armada contra el Estado, y un estimado en la actualidad de entre 9.000 y 11.000 combatientes.
El presidente Juan Manuel Santos aseguró que su gobierno no se ha cerrado a una posibilidad de diálogo con las FARC, siempre y cuando estas demuestren su intención de colaborar con la paz en el país.
Así lo dijo el jefe de Estado durante una entrevista al diario "Le Figaró", en donde además aseguró que las FARC han mentido varias veces sobre sus intenciones de negociación, y según el mandatario, no se les ve voluntad de cambio.
"Si abandonan su comportamiento terrorista, no estamos cerrados a negociaciones de paz. Tienen que pasar de las palabras a los actos, por ejemplo, liberando a todos los secuestrados", sostuvo el presidente.
El general Oscar Naranjo, director de la Policía, afirmó que el sometimiento de esos grupos criminales integrados por las FARC es un "imperativo". De no hacerlo, se pueden crear estructuras que realmente desafíen al Estado", agregó el comandante policial en referencia a una ola de crímenes y atentados, en especial en el norteño departamento de Córdoba, atribuidos a estas bandas.
El año pasado se registraron una veintena de masacres homicidios con un mínimo de cuatro víctimas, 14 de ellas cometidas por estas bandas criminales.
Dentro de la estrategia para combatir a estas bandas en las ciudades, Rivera anunció el despliegue en los próximos años de unos 20.000 policías adicionales, "repartidos por cuadrantes".
"Es el modelo del policía de la esquina", explicó el ministro.
Las bandas criminales, están en 16 de los 32 departamentos del país y se financian del narcotráfico principalmente, según señaló el presidente Juan Manuel Santos.
El diagnóstico fue hecho por el comandante de las Fuerzas Armadas colombianas, el almirante Edgar Cely, quien señaló que la concentración en actividades relacionadas con el narcotráfico ha fracturado seriamente la estructura de la organización guerrillera. Muestra de que su comportamiento es de una banda criminal es el hecho de que en el Pacífico estén dedicados a mantener los corredores de movilidad de la droga que sale por esa zona con destino a Estados Unidos y Europa, argumentó el jefe militar.
"El narcotráfico envenenó a las FARC; no tiene nada de raro que se conviertan en una pequeña banda de narcotraficantes buscando la salida de la coca por el Pacífico", advirtió Cely.
"Las FARC no están acabadas, pero sí bastante debilitados y por eso están actuando últimamente en grupos pequeños para tener un impacto que les permita de alguna manera mantener el régimen del terror", explicó el almirante.
El gobierno colombiano sostuvo que las nuevas bandas criminales considerados grupos sin ideología conformados por antiguos paramilitares de ultraderecha que en algunos casos se han aliado con la guerrilla de las FARC, constituyen la mayor amenaza para el país.
"Este fenómeno representa un desafío", dijo el ministro colombiano de Defensa, Rodrigo Rivera. El director de la Policía, general Oscar Naranjo, advirtió, por su parte, que esos grupos "representan la mayor amenaza a la seguridad de los colombianos".
Estas bandas operan en 152 de los 1.103 municipios del país y la lucha contra ellas es la más alta prioridad para las autoridades del gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
El ministro Rivera reveló que esas organizaciones se han aliado "al más alto nivel de mando con la guerrilla de las FARC, y que en otros casos actúan por su cuenta.
"Allí donde se sienten afectadas tienden a buscar alianzas para enfrentar la ofensiva del Estado", declaró tras considerar que estas bandas representan un "desafío mayúsculo a las fuerzas de seguridad".
"Estas bandas criminales son el resultado de una alianza diabólica entre antiguos paramilitares, gente vinculada a la criminalidad organizada al servicio del narcotráfico, antiguos guerrilleros y, duele decirlo, algunos ex militares y policías", señaló el vicepresidente Angelino Garzón, en declaraciones a la AFP.
"Tenemos conocimiento que en muchas regiones del país la guerrilla ha tratado de volver con la ayuda de las bandas criminales porque tienen un punto en común: el negocio del narcotráfico. Aquí ya se borraron las fronteras ideológicas entre los grupos armados ilegales", enfatizó Garzón, un ex dirigente sindical de izquierda.
Debido a esas alianzas, se observa un transitorio fortalecimiento de estos grupos, reconoció por su parte el ministro de Defensa, aunque consideró que podría tratarse más de "un coletazo final" en medio de la política de seguridad iniciada por el ex presidente Alvaro Uribe y que hoy lleva adelante el presidente Santos. Esa política estuvo dirigida a golpear especialmente a las FARC, la principal guerrilla del país con 46 años de lucha armada contra el Estado, y un estimado en la actualidad de entre 9.000 y 11.000 combatientes.
El presidente Juan Manuel Santos aseguró que su gobierno no se ha cerrado a una posibilidad de diálogo con las FARC, siempre y cuando estas demuestren su intención de colaborar con la paz en el país.
Así lo dijo el jefe de Estado durante una entrevista al diario "Le Figaró", en donde además aseguró que las FARC han mentido varias veces sobre sus intenciones de negociación, y según el mandatario, no se les ve voluntad de cambio.
"Si abandonan su comportamiento terrorista, no estamos cerrados a negociaciones de paz. Tienen que pasar de las palabras a los actos, por ejemplo, liberando a todos los secuestrados", sostuvo el presidente.
El general Oscar Naranjo, director de la Policía, afirmó que el sometimiento de esos grupos criminales integrados por las FARC es un "imperativo". De no hacerlo, se pueden crear estructuras que realmente desafíen al Estado", agregó el comandante policial en referencia a una ola de crímenes y atentados, en especial en el norteño departamento de Córdoba, atribuidos a estas bandas.
El año pasado se registraron una veintena de masacres homicidios con un mínimo de cuatro víctimas, 14 de ellas cometidas por estas bandas criminales.
Dentro de la estrategia para combatir a estas bandas en las ciudades, Rivera anunció el despliegue en los próximos años de unos 20.000 policías adicionales, "repartidos por cuadrantes".
"Es el modelo del policía de la esquina", explicó el ministro.
Las bandas criminales, están en 16 de los 32 departamentos del país y se financian del narcotráfico principalmente, según señaló el presidente Juan Manuel Santos.
